El enfermero de la muerte: la macabra historia de Charles Cullen que inspiró película de Netflix
Charles Cullen asesinó al menos a 40 personas mientras ejerció como enfermero. Su historia es posible verla en la nueva cinta El Ángel de la Muerte.
Charles Edmund Cullen es el nombre del asesino en serie que le quitó la vida a al menos 40 personas durante los 16 años de carrera en las que ejerció como enfermero en Nueva Jersey.
Su historia inspiró el más reciente estreno de Netflix que lleva por nombre El Ángel de la Muerte y que es protagonizada por Eddie Redmayne y Jessica Chastain.
Cullen, quien se encuentra cumpliendo su condena en la Prisión Estatal de Nueva Jersey, en Trenton, cometió sus crímenes induciéndoles sobredosis de medicamentos a sus pacientes.
Investigadores que han indagado en este caso, estiman que el enfermero podría haber matado a más de 300 personas, lo que lo convertiría en el asesino serial con más víctimas en la historia de Estados Unidos.
Quién era Charles Cullen
Charles Cullen nació en 1960 y fue el último de ocho hijos. Su padre falleció cuando tenía solo meses de edad, y a medida que fue creciendo, sufrió el maltrato de los novios de sus hermanas y de sus compañeros en la escuela.
Tras la muerte de su madre, en 1978 dejó la secundaria y se enlistó en la Marina de Estados Unidos, formando parte de la tripulación del submarino USS Woodrow Wilson.
En 1984 recibió una baja médica, por razones que se desconocen, y se inscribió en la Escuela de Enfermería de Mountainside, en Montclair, Nueva Jersey, de la cual se graduó dos años más tarde.
Los asesinatos de Charles Cullen
En 1988 comenzó a trabajar en la unidad de quemados en el Centro Médico de San Bernabé, en Livingston, donde habría cometido sus primeros asesinatos.
Según su propia declaración, el 11 de junio de 1988, le suministró a un paciente una sobredosis intravenosa letal. A dicha víctima se sumaron varios más a quienes les administró altas dosis de insulina.
Cuatro años más tarde se inició un sumario en dicho hospital para determinar quién había contaminado bolsas intravenosas. Cuando todo apuntaba a Charles Cullen, decidió retirarse y comenzó a trabajar en el Hospital Warren, en Phillipsburg.
En dicho centro médico asesinó a tres ancianas con sobredosis de digoxina y un año más tarde fue acusado de acosar a una compañera de trabajo.
Posteriormente se integró a la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiológicos del Centro Médico de Hunterdon, en Flemington, donde entre enero y septiembre de 1996 mató a cinco personas con sobredosis de digoxina.
En tanto, en 1998 asumió la tarea de cuidar a los pacientes dependientes a respiradores en el Centro de Enfermería y Rehabilitación Liberty, en Allentown, Pensilvania, donde lo acusaron de administrar sin orden medicamentos endovenosos a enfermos.
Entre los años 1998 y 2003 trabajó en el Hospital Easton, en Pensilvania; en la unidad de quemados en el Hospital Lehigh Valley de Allentown; en el Hospital de San Lucas y en el Centro Médico de Somerset.
Mientras se desempeñaba en este último, en 2003, fue detenido por la policía ante las denuncias de enfermos, compañeros y familiares de víctimas.
Tras reconocer los asesinatos, Charles Cullen reconoció que le quitó la vida a estas personas para poner fin a sus sufrimientos y evitar que fuesen “deshumanizados” por el propio personal hospitalario.
Tres años después de su detención, fue condenado a diez cadenas perpetuas y no podrá optar a la libertad condicional hasta el año 2403.