Tenía el cadáver de su hijo congelado en su casa: revelan las memorias póstumas de Lisa Marie Presley
En sus memorias póstumas, la hija de Elvis Presley además relató que al momento de casarse con Michael Jackson, el rey del pop todavía era virgen.
Lisa Marie Presley, la única hija de Elvis Presley, falleció en enero del año pasado por complicaciones médicas, y durante la jornada se publicaron sus memorias póstumas, las cuales escribió junto a su hija mayor, la actriz Riley Keough.
El libro, llamado From Here to the Great Unknown: A Memoir, parte contando su infancia en Graceland junto a su padre, mientras que su hija compartió los recuerdos con su hermano Benjamin, quien en julio de 2020 se quitó la vida, episodio que nunca pudo ser superado por Lisa Marie.
Este hecho marcó tanto a la cantante, que mantuvo el cadáver de su hijo en su casa por dos meses, conservado en hielo al interior de un cuarto refrigerado a menos de 13 grados, ya que aseguró que “ninguna ley de California dice que tienes que enterrar a alguien inmediatamente”.
Riley Keough explicó que para su madre era “muy importante tener un amplio periodo de tiempo para despedirse de él, igual que hizo con su padre”, y que finalmente oficiaron un funeral para Benjamin, quien fue enterrado en Graceland.
Otro de los capítulos principales de las memorias póstumas de Lisa Marie Presley es su romance y matrimonio con Michael Jackson, indicando que el rey del pop se le acercó, cuando seguía casada con Danny Keough, y le confesó que “estoy completamente enamorado de ti. Quiero que nos casemos y que tú tengas a mis hijos”.
“Yo no dije nada inmediatamente, pero luego dije: Me siento tan halagada que no puedo ni hablar. Para entonces, sentía que también estaba enamorada de él”, relató Presley, quien se divorció de su esposo e inició una relación con Jackson.
Lisa Marie Presley tenía 25 años y Michael Jackson tenía 35, pero a pesar de ello, según la artista, el cantante “me dijo que era virgen. Creo que había besado a Tatum O’Neal y que había tenido algo con Brooke Shields, nada físico más allá de un beso. Me contó que Madonna había intentado enrollarse con él una vez, pero que no pasó nada. Yo estaba aterrorizada porque no quería dar un paso en falso”.