Obama declara “desastre” en Nueva York y Carolina del Norte tras paso de “Irene”
El mandatario estadounidense firmó una declaración con el objetivo de coordinar la entrega de ayuda de manera más rápida, aunque no incluyen zonas como Vermont ni Nueva Jersey. Por ahora, la medida más inmediata la realiza la Guardia Nacional llevando comida y agua en helicópteros a los lugares que continúan anegados.
El presidente de EEUU, Barack Obama, firmó una declaración de “desastre” para varias zonas inundadas de los estados de Nueva York y Carolina del Norte que permitirá gestionar las ayudas necesarias para afrontar los daños dejados por el huracán “Irene”, informó hoy la Casa Blanca.
La declaración no incluye al estado de Vermont, también muy afectado por las inundaciones causadas por “Irene”, ni a Nueva Jersey, cuyo gobernador, Chris Christie, pidió este martes a Obama que considerase “zona de desastre” a su territorio para poder recibir la asistencia necesaria.
“Irene” tocó tierra el sábado en Carolina del Norte como huracán de categoría 1, pasó por Nueva York como tormenta y desató las peores inundaciones en décadas en estados del noreste como Vermont, dejando más de cuarenta personas fallecidas en todo el país.
De acuerdo con las autoridades locales, aunque la alerta por “Irene” regía para la costa, en zonas tierra adentro de Vermont, Nueva York y Nueva Jersey hay pequeñas poblaciones totalmente anegadas y devastadas.
El gobernador de Vermont, Peter Shumlin, dijo a los medios que este estado fronterizo con Canadá sufrió las peores inundaciones del último siglo y que los daños en la infraestructura han sido “extraordinarios”. Algo similar ocurrió en Nueva Jersey, con sus 22 condados afectados y miles de evacuados.
La Guardia Nacional quedó movilizada para llevar comida y agua en helicópteros a zonas que continúan anegadas por el impacto de “Irene”, que dejó también a su paso por la costa este a seis millones de personas sin electricidad.
El Gobierno estadounidense ha señalado que las tareas de rescate y asistencia aún se prolongarán durante semanas, mientras algunas consultoras estiman que los daños materiales causados rondan los 10.000 millones de dólares.