Rousseff garantiza el apoyo político de Brasil para que UE supere su crisis
"Brasil, y aquí tengo la certeza de que expreso el sentimiento de las economías en desarrollo, está dispuesto a asumir su responsabilidad de forma cooperativa", señaló la mandataria ante la UE.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, garantizó hoy en la cumbre con la Unión Europea que la UE puede contar con Brasil para hacer frente y superar la crisis financiera, ayuda que considera que debe estar más enfocada en el consenso político que en los recursos financieros.
“Brasil, y aquí tengo la certeza de que expreso el sentimiento de las economías en desarrollo, está dispuesto a asumir su responsabilidad de forma cooperativa”, señaló Rousseff en una declaración a la prensa al término de la quinta cumbre euro-brasileña, celebrada en Bruselas.
La mandataria brasileña, que acudió a la capital belga acompañada de varios de sus ministros, reafirmó ante el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, que “somos socios de la Unión Europea” y que “pueden contar con Brasil”.
Rousseff aseguró que Brasil será un aliado para Europa en la próxima reunión del G-20 (los países más ricos y los emergentes) de los próximos 3 y 4 de noviembre en Cannes (Francia), en la que abogó por aunar posiciones para incrementar la supervisión del sistema financiero internacional.
La ayuda a la UE, dijo en rueda de prensa, “no se trata de una cuestión de falta de recursos financieros (..), sino que se trata de una construcción de un consenso político en torno de la recuperación”.
Según Rousseff, la crisis ha entrado en una “segunda etapa” caracterizada por el “elevado endeudamiento público en la gran mayoría de los países europeos”, cuya solución, precisó, pasa por una mayor coordinación entre los países y por estimular el crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica, “conjugando políticas sociales”.
Durante su visita a Bruselas, en la que además de con la cúpula de la UE se reunió con el Gobierno y los reyes de Bélgica, Rousseff repitió en varias ocasiones que unos ajustes presupuestarios drásticos pueden estancar la economía, y afirmó que “difícilmente se sale de la crisis sin aumentar el consumo, la inversión y el nivel de crecimiento.
Además, pidió “que se tenga en cuenta” a los ciudadanos y que “sufran lo menos posible” las consecuencias de la crisis, en particular el desempleo.
En un discurso en la cumbre paralela que celebraron empresarios brasileños y europeos, Rousseff enfatizó que un “necesario” equilibrio fiscal y las políticas de estabilidad macroeconómicas no están reñidos con el “desarrollo humano” y la generación de empleo y oportunidades.
Como país productor mundial de biocombustible, abogó por que Brasil contribuya a la diversificación de las fuentes energéticas, y aseguró que “crecer y respetar el medioambiente no es incompatible”.
La presidenta brasileña también se mostró de acuerdo en la necesidad de incrementar los esfuerzos para concluir las negociaciones de un acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), que resulte “ambicioso, equilibrado y global” y conlleve beneficios para todas las partes.