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10 de Diciembre de 2011

Fernández: No soy la presidenta de las corporaciones, sino de los argentinos

En una intervención de fuerte contenido económico que se prolongó durante una hora y cuarto, Fernández aseguró que, tras nueve años consecutivos de crecimiento, hay una "nueva Argentina", pero también "un mundo que implica mayores desafíos y mayores decisiones comprometidas con los intereses" de la sociedad argentina.

Por EFE
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“No soy la presidenta de las corporaciones, soy la presidenta de los 40 millones de argentinos”, afirmó hoy Cristina Fernández tras asumir su segundo mandato, en un discurso en el que repasó sus logros y pidió la colaboración de empresarios y sindicatos para mantener la bonanza económica.

Durante su discurso ante la Asamblea Legislativa, la presidenta insistió en que ha dado instrucciones a sus ministros para hacer “sintonía fina” en el modelo económico y garantizar el crecimiento sostenido en medio de la crisis internacional.

Según Fernández, la crisis que enfrenta la Unión Europea “es lo que nos pasó a nosotros” en el crack de 2001, pero “ellos (la UE) gobiernan con metas de inflación y nosotros con metas de trabajo, crecimiento y empleo. Esos son los ejes de nuestro Gobierno y van a seguir siendo”, dijo.

En una intervención de fuerte contenido económico que se prolongó durante una hora y cuarto, Fernández aseguró que, tras nueve años consecutivos de crecimiento, hay una “nueva Argentina”, pero también “un mundo que implica mayores desafíos y mayores decisiones comprometidas con los intereses” de la sociedad argentina.

El país, recordó, dio un “salto fenomenal” desde 2003, cuando su esposo y antecesor, el fallecido Néstor Kichner, asumió la Presidencia con una tasa de desempleo del 25 %, sólo 11.000 millones de dólares de reservas monetarias, una deuda equivalente al 140 % del PIB, un índice de pobreza del 54 % y la indigencia en el 23 %.

Desde entonces, dijo, Argentina creció “a tasas chinas”, se crearon 5 millones de puestos de empleo y se logró el salario mínimo más alto de la región.

“Pasamos de una Argentina que en 2002 destinaba el 5 % de su PIB al pago de la deuda y el 2 % a educación, a destinar hoy el 6,47 % a educación y sólo el 2 % al pago de la deuda externa”, precisó.

Tras repasar el proceso de reestructuración de la deuda argentina, ratificó los ejes de su modelo económico, con superávit comercial y potenciación del mercado interno, que, en su opinión, han permitido a Argentina sortear los efectos de la crisis global.

Otro de los “puntales” de su modelo, afirmó, es la acumulación de reservas monetarias, que suman 46.368 millones de dólares tras el pago de unos 26.000 millones de dólares en deudas con acreedores privados y organismos internacionales en 2009 y 2010.

Las reservas perdieron 15.897 millones de dólares “después de soportar cinco corridas cambiarias que las corporaciones hicieron creyendo que este Gobierno iba a ceder”.

“Que se den por notificados: yo no soy la presidenta de las corporaciones sino de los 40 millones de argentinos”, advirtió.

“No escupamos al cielo porque no es buen método y nunca nos ha dado resultado. Cuidemos lo que hemos logrado en estos años. No me quejo de los que ganan dinero, sino que les pido la contribución de seguir colaborando con un modelo virtuoso de economía”, agregó.

Destacó la decisión “estratégica” de haber virado la economía “a casa, a América del Sur” en un momento de crisis global y anunció la creación de una secretaría de Comercio Exterior y una subsecretaría de la Competitividad, para fomentar una mayor innovación y valor agregado en la producción.

Adelantó que, junto a los empresarios, deben examinarse las utilidades de las compañías “para que estén acordes con los estándares internacionales” y se dirigió también a los sindicatos para reivindicar el derecho a huelga, pero no el “de chantaje ni el de extorsión”.

“En esta tarea que viene de sintonía fina, vamos a tener que trabajar todos, por eso he ordenado a todos y cada uno de los ministros y secretarios que conformen mesas de cada uno de los sectores económicos. La economía tiene leyes y reglas que no se gobiernan solo por decreto o por una ley”, señaló.

Fernández insistió en su voluntad por mantener la defensa de los derechos humanos, reivindicar la educación pública e impulsar su apuesta por la integración regional, en un discurso que concluyó con un emotivo agradecimiento “a los millones de argentinos que confiaron en este proyecto y en esta presidenta”.

“Sin la ayuda del resto de los argentinos, una presidenta sola o un grupo de hombres o mujeres solos tampoco pueden”, concluyó con los ojos empañados en lágrimas, mientras ministros, funcionarios y legisladores oficialistas ponían en pie el Congreso con aplausos, vítores y el himno peronista.

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