Los últimos aviadores estadounidenses regresan de Irak
En el aeropuerto de Baltimore se congregaron familias y algunos superiores de la Fuerza Aérea para dar las gracias y las felicitaciones a los efectivos por haber servido a su país y haber podido regresar a casa.
Desde el pasado día 15, cuando tuvo lugar la ceremonia de arriada de la bandera en Bagdad, se ha dado por concluida oficialmente una guerra que comenzó en 2003 con el objetivo de derrocar a Sadam Hussein y encontrar unas armas de destrucción masiva que, como se demostró después, nunca existieron.
Más de un millón y medio de estadounidenses han servido en Irak, y más de un millón y medio de familias sufrieron en la distancia la incertidumbre de tener a un ser querido a miles de kilómetros poniendo en juego su vida.
Hoy, en Baltimore, los familiares de los últimos aviadores destacados en Irak esperaban ansiosos para volver a verlos, esta vez con la seguridad de que no regresarán al país árabe.
Paralelamente, en la Base Aérea de Andrews (Maryland) tuvo lugar otra ceremonia en la que el general que dirigió la retirada de las tropas, Lloyd Austin, entregó al presidente Barack Obama la bandera del Ejército que fue arriada en Bagdad la semana pasada.
En el aeropuerto de Baltimore se congregaron familias y algunos superiores de la Fuerza Aérea para dar las gracias y las felicitaciones a los aviadores por haber servido a su país y haber podido regresar a casa.
La madre de la Mayor Stacey Shafran, Carol, esperaba junto a su marido la llegada de su hija, que desde hace seis meses estaba operando en el país árabe.
“Es el mejor regalo que podrían hacerme por Navidad”, confiesa a Efe la señora Shafran visiblemente emocionada.
“Ver a mi hija aquí de nuevo es un sentimiento que no puedo explicar. Para una madre es muy duro saber que su hija está en medio de una guerra, pero también me siento muy orgullosa de lo que ha hecho tanto por Irak como por Estados Unidos”, añadió.