Fuerte oleaje inutiliza barco de campaña contra caza de ballenas en Antártida
El Brigitte Bardot fue golpeado anoche por una ola de seis metros a unos 2.400 kilómetros al suroeste de la costa del puerto australiano de Freemantle, cuando perseguía al buque factoría nipón Nisshin Maru.
Una gigantesca ola dañó el casco de uno de los tres barcos de la organización ecologista Sea Shepherd, lo que supone un importante revés en la campaña contra los balleneros japoneses en la Antártida, confirmaron hoy fuentes de la organización.
El fundador de Sea Shepherd, Paul Watson, dijo que el barco Brigitte Bardot fue golpeado anoche por una ola de seis metros a unos 2.400 kilómetros al suroeste de la costa del puerto australiano de Freemantle, cuando perseguía al buque factoría nipón Nisshin Maru.
El fundador de Sea Shepherd, Paul Watson, afirmó que el Brigitte Bardot, que tiene una grieta, deberá volver al puerto australiano de Freemantle con la ayuda de otra de las naves, que también tendrá que suspender temporalmente la campaña.
“La ola entró en contacto a babor de la nave y provocó una grieta en el casco” y ésta se sigue abriendo con las olas, dijo el capitán Watson, a bordo del barco Steve Irwin, en una comunicación telefónica vía satélite con el portal de noticias The Australian.
La gigantesca ola también dañó seriamente uno de los dos pontones de la embarcación, aunque el capitán del Brigitte Bardot, Jonathan Miles Renecle, cree que este barco de 33 metros de eslora podrá mantenerse a flote hasta que reciba ayuda.
Watson explicó que su nave está en camino para prestar ayuda al Brigitte Bardot y calculó que le llevará 18 horas antes de que llegue a su destino, dado que se encuentra a unos 385 kilómetros de distancia.
La Autoridad Marítima Australiana ya fue informada del accidente del Brigitte Bardot, que tiene una tripulación conformada por tres británicos, tres estadounidenses, un australiano, un canadiense, un belga y un sudafricano.
El barco deberá retornar a Freemantle, con ayuda del Steve Irwin, para ser reparado, y se desconoce por el momento si podrá continuar con la campaña para impedir que la flota nipona capture unas 900 ballenas para supuestos “fines científicos”.
“No sabemos aún si podremos regresar en esta temporada, tenemos que esperar y ver”, dijo Watson.
Con la baja, solamente queda el Bob Barker en campaña, pero los activistas de Sea Shepherd se mantienen optimistas, ya que desde el año pasado utilizan tecnología de vigilancia aérea para rastrear a los balleneros de Japón, cuyo gobierno ha invertido este año unos 29 millones de dólares (22 millones de euros) adicionales a las medidas de protección de su flota.
El barco bautizado Brigitte Bardot en honor a la actriz y defensora de los animales francesa fue adquirido por Sea Shepherd después de que su nave Ady Gil se hundió en enero del año pasado en enfrentamientos con los balleneros japoneses.
La caza comercial de ballenas está prohibida desde 1986, pero diversas excepciones han permitido a países como Japón, Islandia y Noruega continuar con las capturas.
En Japón, que retomó en 1987 la caza de ballenas alegando motivos científicos y desde entonces fija de forma unilateral una cuota anual de unos mil ejemplares anuales, el consumo de la carne de estos mamíferos se ha reducido en los últimos años.