Italia aprueba un amplio plan de liberalizaciones para que crezca su economía
"Más competencia significa más espacio para los jóvenes y mayor reconocimiento al mérito y menos privilegios", señaló El primer ministro, Mario Monti, al comentar los lineamientos de la iniciativa.
El Gobierno tecnócrata italiano, que preside el excomisario europeo de la Competencia Mario Monti, aprobó hoy un amplio plan de liberalizaciones para relanzar el crecimiento de la economía de Italia, a la que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un 2012 y 2013 en recesión.
En un Consejo de Ministros de unas ocho horas de duración dada la amplitud de los temas a tratar y la polémica que había suscitado, el Ejecutivo italiano consiguió sacar adelante la primera de las reformas de su llamada “Fase 2”, tras el plan de austeridad de más de 30.000 millones de euros de diciembre pasado.
Monti, quien es además ministro de Economía y Finanzas, ilustró en rueda de prensa las líneas básicas del plan, para cuyo detalle cedió la palabra a la plana mayor de su Gobierno, empezando por el ministro de Desarrollo Económico (Industria), Corrado Passera.
“Más competencia significa más espacio para los jóvenes y mayor reconocimiento al mérito y menos privilegios”, aseguró en rueda de prensa el primer ministro, quien indicó que en este plan existe una “gran acción social, no solo económica”.
Monti, quien agradeció a los partidos políticos su contribución, indicó que las reformas están pensadas para poner fin a dos de los tres lastres que han frenado el crecimiento económico de Italia en las últimas décadas: la “insuficiente competencia de mercado y lo inadecuado de las infraestructuras”.
“Tenemos en cuenta que habrá comentarios negativos, porque muchos prefieren el ‘status quo’ antes que afrontar nuevos desafíos”, comentó el mandatario, quien dijo que el plan entra dentro de sus objetivos de rigor, equidad y crecimiento.
“Competencia y liberalización no significa introducir un poco más de jungla para favorecer la economía, sino desde nuestro punto de vista eliminar barreras, sobre todo para los jóvenes, pero también una rigurosa actividad de limitación de los poderes públicos con reglas de mercado”, añadió.
El decreto ley pretende ampliar de 18.000 a 23.000 el número de farmacias, liberalizando además sus horarios y turnos de trabajo, así como que se puedan hacer descuentos en algunos medicamentos.
Además, el plan elimina las llamadas “tarifas profesionales”, tanto las mínimas como las máximas cantidades de dinero que el profesional debía exigir al cliente, y establece la ampliación a 500 nuevos miembros del cuerpo de notarios.
Según Passera, antiguo máximo responsable de la segunda entidad financiera de Italia, Intesa Sanpaolo, estas liberalizaciones pretenden “abrir nuevos sectores de actividad y mejorar la competencia de los ya existentes”.
El ministro de Desarrollo Económico citó en primer lugar al sector del gas, el más relevante de la política energética, y al de la distribución de carburantes, con medidas para facilitar la creación de “distribuidores independientes y el autoservicio”.
Se refirió además a las “liberalizaciones y privatizaciones donde sea posible” en los servicios públicos municipales, como el del transporte, para “crear operadores en disposición de estar en el mercado y de asegurar servicios para los ciudadanos”.
“Puede haber aspectos que afecten a las privatizaciones, pero lo que es crucial para nosotros no es tanto si una empresa es de propiedad pública o privada. Es relevante si esa empresa se mueve en un ámbito de competencia o no”, precisó Monti.
El decreto ley, que deberá ahora someterse al examen de los partidos políticos en el Parlamento, crea además la figura del Tribunal para las Empresas y la Sociedad Simplificada para la Responsabilidad Limitada (SSRL).
Este nuevo tipo de sociedades las podrán constituir los jóvenes de menos de 35 años sin intervención del notario y a partir de un solo euro de capital empresarial.
En el nuevo plan del Gobierno tecnócrata se incluyen además medidas para el sector del taxi, con la institución de las licencias a tiempo parcial, el permiso para operar fuera de las ciudades en las que habitualmente presten su servicio y la ampliación del número de licencias, que deberá determinar una autoridad de cada municipio.
Este último punto del decreto ha despertado las iras de los taxistas, que han llevado a cabo protestas las últimas semanas, pero no son el único colectivo descontento, pues el de los abogados y los distribuidores de gasolina también ha anunciado huelgas.
La próxima semana el Gobierno italiano, según anunció Monti, afrontará el tercer lastre del crecimiento económico del país, el de la “gran complicación de los procedimientos administrativos”