España dice que la postura británica sobre Gibraltar contraviene los pactos
El Gobierno español del Partido Popular (PP) alude a los tratados de la Declaración de Bruselas y el Tratado de Utrecht, 1713) para justificar su propósito de reanudar el diálogo sobre la soberanía, interrumpido en 2002.
El rechazo del Reino Unido a reanudar la negociación bilateral sobre la soberanía de Gibraltar sin el consentimiento de la población de la colonia contraviene “absolutamente” los pactos firmados sobre el litigio, afirmó hoy el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
El jefe de la diplomacia española respondía con esta afirmación al secretario de Estado británico para Europa, David Lidington, quien reiteró hoy en Madrid la negativa a hablar con España sobre el Peñón, así como el derecho de los gibraltareños a decidir su futuro.
El ministro de Asuntos Exteriores de España se refirió a este asunto en una rueda de prensa ofrecida junto con el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert.
Preguntado sobre si la posición defendida por Lidington contraviene el llamado Proceso de Bruselas (1984), por el que ambos países se comprometieron a resolver de forma bilateral el contencioso, García-Margallo respondió: “Absolutamente”.
“(Contraviene) La Declaración de Bruselas y el Tratado de Utrecht (1713)”, añadió.
El Gobierno español del Partido Popular (PP) alude a ambos tratados para justificar su propósito de reanudar el diálogo sobre la soberanía, interrumpido en 2002.
El ministro tiene previsto abordar hoy este asunto con Lidington durante la visita que éste realiza a Madrid, informaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En un desayuno informativo en el que ha participado esta mañana en Madrid, Lidington insistió en que el Reino Unido no está dispuesto a dialogar sobre la soberanía.
“No vamos a participar en ningún proceso de negociación a menos que se haga con el beneplácito del Gobierno gibraltareño”, afirmó en presencia del secretario de Estado español para la Méndez de Vigo.
Defendió además el derecho del pueblo gibraltareño a decidir “libremente” el estatuto de la colonia.
El contencioso sobre el Peñón tiene su raíz en el Tratado de Utrecht (1713), por el que España cedió este territorio a la Corona británica con la condición de que se lo devolviese en caso de renunciar a él.
En 1984, España y Reino Unido firmaron la Declaración de Bruselas para establecer un proceso negociador que resolviera el litigio.
Este marco se prolongó hasta 2002, cuando España y Reino Unido estuvieron a punto de cerrar un acuerdo para compartir la soberanía de la colonia.