La violencia no para: Nueve muertos y 12 heridos en ataque suicida en el este de Afganistán
La crisis, derivada de la quema del libro sagrado de los islámicos base de la OTAN de Bagram hace una semana, ya ha causado 30 muertos. El presidente, Hamid Karzai, llamó a la calma pero las protestas no se detuvieron.
La violenta crisis desatada por la profanación del Corán por parte de efectivos militares de la Base de la Otan de Bagram, dejó este lunes, al menos nueve personas muertas, la mayoría civiles, una docena resultaron heridas hoy en un ataque suicida perpetrado cerca del aeropuerto militar de Jalalabad, en el este de Afganistán. La acción fue reinvindicada por los talibanes, quienes señalaron que se trato de un nuevo acto de venganza por lo ocurrido en la Base de Bargram el pasado 22 de febrero.
Un terrorista que conducía un Toyota Corolla, hizo estallar la carga explosiva al aproximarse a un puesto del Ejército situado junto al aeropuerto de esa ciudad, capital de la provincia de Nangarhar, informó el portavoz del Gobierno provincial, Ahmad Zia Abdulzai.
Según Abdulzai, los fallecidos son seis civiles, dos guardias de seguridad y un soldado, mientras que entre los heridos hay al menos tres miembros de la misión de la OTAN en Afganistán, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
“El objetivo era una base estadounidense, y varios soldados de EEUU murieron o resultaron heridos“, afirmó el portavoz talibán Zabiulá Muyahid, que reivindicó el ataque.
El aeropuerto civil de Jalalabad está emplazado junto a la base operativa Fenty, de las tropas de EEUU en el país, sumido en una ola de violencia que ha causado 30 muertes.
El presidente afgano, Hamid Karzai, compareció ayer para llamar a la calma, pero miles de personas se echaron a las calles en la norteña provincia de Kunduz, donde siete soldados de la OTAN sufrieron heridas por una granada lanzada por unos manifestantes.
“No dejen que los enemigos de la paz, de la estabilidad, del desarrollo y del pueblo de Afganistán se aprovechen de esta situación”, enfatizó el presidente afgano.
Los talibanes han pedido a los soldados y policías afganos que disparen contra sus colegas occidentales desplegados en el país, y desde entonces han muerto cuatro militares de EEUU supuestamente víctimas de ese tipo de acciones
