La ONU espera una “rápida” investigación sobre la matanza en Afganistán
"Esperamos que una investigación establezca los hechos rápidamente, que sus responsables sean llevados ante la justicia y que la opinión pública esté completamente informada al respecto", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki- Moon.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó hoy la matanza de 16 afganos presuntamente a manos de un soldado estadounidense en Kandahar, y pidió una “rápida” investigación sobre lo ocurrido y que los responsables sean llevados ante la justicia.
“Esperamos que una investigación establezca los hechos rápidamente, que sus responsables sean llevados ante la justicia y que la opinión pública esté completamente informada al respecto”, dijo Ban sobre el incidente del domingo ante un grupo de periodistas en la sede central de la ONU en Nueva York.
El máximo responsable de la ONU se mostró “muy, muy apenado” por “un incidente perturbador” que se cobró la vida de “muchas personas, incluso niños” a manos “de un solo individuo”.
Ban reiteró que para la ONU “la protección de la población civil” es crucial “en todo el mundo, no sólo en Afganistán”, por lo que pidió a “todas las autoridades y al personal militar” que llevan a cabo operaciones militares que “presten extremo cuidado a la hora de garantizar la protección de los civiles”.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy mismo que su Gobierno investigará “hasta las últimas consecuencias” la matanza de esos civiles en Kandahar, un acontecimiento que tildó de “vergonzoso e inaceptable”.
Según fuentes oficiales estadounidenses, el militar salió de su base de Kandahar en la madrugada del domingo para una incursión armada por las viviendas civiles de los alrededores durante la que disparó contra sus moradores, entre ellos mujeres y niños.
Aunque su nombre no se ha divulgado y hay una investigación en marcha, medios estadounidenses han afirmado que el autor de los hechos es un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (oeste de Estados Unidos).
De esa base, considerada como una de las más problemáticas del servicio militar estadounidense, procedían también los cuatro soldados condenados por asesinar a varios civiles afganos en 2010 y guardar parte de sus cadáveres como trofeos.
El supuesto autor de los hechos servía por primera vez en Afganistán, aunque había estado en Irak en varias ocasiones.
Obama reiteró en su comparecencia de este martes que, pese al incidente, que sucede después de que hace unas semanas soldados estadounidenses quemaran ejemplares del Corán, lo que originó otra oleada de protestas, Estados Unidos no piensa cambiar su estrategia con respecto a Afganistán y mantendrá el calendario de retirada.