Francia investiga si el asesino de Toulouse tenía cómplices
Abdelkader Merah, de 29 años y hermano del asesino confeso, estaba presente cuando su hermano menor Mohamed, de 23, robó la moto con la que se trasladó para cometer sus tres masacres.
La policía francesa prosigue hoy la investigación para determinar si Mohamed Merah, el asesino de Toulouse, se benefició de ayuda para cometer sus siete asesinatos, mientras se mantienen las críticas a la actuación policial en este caso, en plena campaña por las presidenciales en Francia.
El hermano del asesino confeso y su novia, detenidos el pasado miércoles cuando comenzó la operación contra Merah, fueron hoy trasladados a París para ser interrogados por la brigada antiterrorista, responsable de la investigación.
Su madre, que también había sido arrestada, fue dejada en libertad anoche.
Abdelkader Merah, de 29 años, estaba presente cuando su hermano menor Mohamed, de 23, robó la moto con la que se trasladó para cometer sus tres masacres: el asesinato de un soldado el pasado día 11 en Toulouse, el de otros dos militares cuatro días más tarde en la vecina Montauban y el de tres niños y un profesor de una escuela judía de Toulouse el pasado lunes.
También acompañó a su hermano menor al concesionario en el que trataron de desactivar el dispositivo de localización de la moto, un hecho que puso a los agentes tras la pista de Mohamed Merah.
Además, en su coche se encontró material que puede servir para fabricar explosivos.
Profundamente religioso, el hermano mayor había efectuado estancias coránicas en Oriente Medio y poseía un gran número de libros sobre el islám.
Según la televisión BFM, impedía a su hermano fumar o beber alcohol y había obligado a su madre a llevar el velo islámico.
La investigación trata de determinar si Mohamed actuó solo o si contó con apoyo.
El joven, en paro desde hacía cuatro años, se hizo con un arsenal de armas valorado en unos 20.000 euros, dinero que, según aseguró a los negociadores mientras estuvo atrincherado en su domicilio de Toulouse, obtuvo de robos y asaltos en la región.
Con ese dinero también se pagó sus viajes a Afganistán y Pakistán, donde recibió entrenamiento de los talibanes.
Las sombras que todavía permanecen en la investigación se suman a las críticas que han recibido los cuerpos implicados en el caso, en particular los agentes de elite del grupo RAID y los servicios de espionaje, algunas de ellas procedentes del campo del candidato socialista, François Hollande.
A los primeros se les reprocha que tras más de 30 horas de asedio fueran incapaces de sacar con vida a Mohamed Merah de su domicilio.
Los servicios de espionaje, que conocían las relaciones del joven con medios salafistas, son acusados de no haberle tenido suficientemente vigilado, lo que podría haber evitado las masacres.
Las críticas se producen en el contexto de la campaña electoral para las presidenciales de abril-mayo próximo, interrumpida parcialmente a principios de semana pero que ha recobrado toda su fuerza en los últimos días.
El presidente saliente y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, aprovechó hoy un mitin de campaña a las afueras de París para defender la actuación policial y atacar duramente a quienes han criticado a los agentes.
“No permitiré que nadie ponga en cuestión el honor de los que han puesto fin, arriesgando su vida, a la trayectoria sangrienta de un terrorista monstruoso”, aseguró Sarkozy, que reiteró su intención de perseguir penalmente a quienes consulten de forma habitual páginas de internet que hagan apología del terrorismo o efectúen estancias de adoctrinamiento en el extranjero.
Las masacres de Toulouse han beneficiado electoralmente a Sarkozy, que, según los sondeos, ha subido al menos dos puntos.
El tema de la seguridad ha desplazado a la economía en los mítines del presidente-candidato, un aspecto en el que, según las encuestas, los franceses confían más en el conservador que en el socialista.