La polémica del padre Maciel opaca la visita del Papa a México
En su segunda visita a México el Papa Benedicto XVI, no se reunió con víctimas de los abusos sexuales del padre Marcial Maciel, pese a tener conocimiento de sus conducta y haber podido iniciar un proceso en su contra en 1998.
La visita del Papa Benedicto XVI a México se vio ensombrecida el sábado por la revelación de nuevos detalles sobre abusos del padre mexicano Marcial Maciel, mientras las víctimas lamentaban la falta de respuesta ante sus peticiones de reunirse con el pontífice.
Benedicto XVI llega a la segunda nación con más creyentes del mundo después de Brasil cuando la fe católica de los mexicanos se ha visto disminuida entre otras cosas por el escándalo de Maciel, que durante décadas abusó sexualmente de seminaristas y llevó una doble vida. Durante su primera visita a Mexico en siete años de pontificado, Benedicto XVI no se refirió a los abusos aunque hizo un llamado a cuidar de la infancia mexicana a la que calificó como un regalo de Dios para el mundo.
Como indica Prensa Rosa, el sumo pontífice, que en su visita ha sido especialmente cariñoso con los niños que ha saludado, recorrió por la tarde del sábado en el “papamóvil” calles céntricas de la colonial Guanajuato, que le recibió haciendo sonar las campanas de sus majestuosas iglesias.
A pocas decenas de kilómetros de donde se realizaban los festejos se había presentado horas antes el libro “La voluntad de no saber”. El texto está basado en más de 200 documentos procedentes de archivos confidenciales del Vaticano que demostrarían que la Santa Sede tuvo conocimiento de los abusos de Maciel y de su adicción a un analgésico derivado de la morfina desde los años 40.“La idea es demostrar que el Vaticano, que el cardenal Ratzinger, que la Iglesia sabía sobradamente acerca del caso”, dijo José Barba, uno de los autores, en un vídeo durante la presentación del libro en la ciudad de León.
Barba, uno de los ex seminaristas que sufrió abusos, sostiene que Joseph Ratzinger, actual Sumo Pontífice y entonces prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, disponía de información para iniciar un proceso contra Maciel desde 1998, cuando ex legionarios presentaron una denuncia canónica en su contra. Maciel, uno de los favoritos de Juan Pablo II y fundador de los Legionarios de Cristo, fue enviado por la Iglesia en 2006 a una vida de penitencia y encierro, pero sin haberse enfrentado a la justicia y cobijado por el imperio económico que formó con las donaciones de familias millonarias mexicanas.
Dudas sobre estabilidad de Maciel
El libro incluye copias de cartas que hace décadas enviaron al Vaticano sacerdotes o seminaristas, entre otros miembros de la Iglesia, pidiendo que se investigara a Maciel, que falleció en 2008.
Un documento, por ejemplo, es una carta en 1979 que el Obispo de Rockville Centre, Nueva York, John McGann, dirigió a un alto representante del Vaticano en Estados Unidos citando denuncias de un legionario sobre “serias dudas sobre la estabilidad del padre Maciel”.
En otra carta, que data de 1954, se describe con detalle la forma en que Maciel se inyectaba un derivado de morfina.“Con documentos irrefutables y contundentes el libro nos muestra que la curia romana no solamente conoció las patologías de Maciel sino las toleró y las protegió”, dijo Bernardo Barranco, un investigador sobre religiones que escribió el prólogo del libro.
Al hablar del tema, el padre mexicano Benjamín Clariond, de los Legionarios de Cristo, dijo a Reuters que la congregación se ha deslindado de la figura de Maciel.“El hecho histórico de que él fundó la congregación no se puede negar, sería absurdo negar la historia por decreto, pero se reconoce claramente que él ni es modelo ni ejemplo a seguir”, dijo Clariond.
Juicio final con Dios
No fue sino hasta el 2010 cuando el Vaticano reconoció que Maciel llevaba una doble vida y hasta tuvo hijos con varias mujeres, lo que causó un gran impacto entre los fieles, muchos de los cuales le veían casi como un santo.En ese año el Vaticano anunció la refundación de los Legionarios, un proceso que todavía sigue.“Tendremos que cerrar este capítulo, pero el juicio definitivo sobre el padre Maciel se lo dejo a Dios”, dijo Clariond.
El Sumo Pontífice, de 84 años, fue recibido el viernes en México por decenas de miles de entusiastas católicos en Guanajuato, a los que prometió rezar especialmente por quienes sufren a causa de la violencia del narcotráfico, que ha matado en el país a más de 50.000 personas desde el 2007.En su agenda de actividades, el Papa no tiene programado un encuentro con víctimas de abusos de Maciel y otros padres, que lamentaron la negativa a ser recibidos.
Jesús Romero, de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), se preguntó por qué el Papa no se reunirá con las víctimas, cuando en otros países como Estados Unidos o en Europa ya lo ha hecho.“Solicitamos una audiencia esperando que nos atendiera como lo ha hecho con otros víctimas en países que ha visitado, recibimos una negativa, dijeron que ninguna víctima se acercó a ellos, es una mentira para proteger a sacerdotes abusivos que siguen activos”, dijo. Romero fue víctima de abusos sexuales de un sacerdote cuando tenía 11 años.