Policía portuguesa colabora en el caso Madeleine pero no lo reabrirá formalmente
Pese a que la policía británica reabrió el caso tras una petición de los padres de la niña, sus colegas lusos colaboran pero no creen que haya elementos con consistencia, novedad y credibilidad que puedan fundamentar una propuesta de reapertura.
La Policía portuguesa seguirá colaborando con la británica en la investigación de la desaparición en 2007 de la niña Madeleine McCann pero no ve por ahora indicios que justifiquen reabrir formalmente el caso, como han sugerido en el Reino Unido.
El director adjunto de la Policía Judicial lusa (PJ), Pedro do Carmo, declaró hoy que el grupo de trabajo entre los dos países formado el año pasado para estudiar posibles nuevas pruebas sobre Madeleine tiene “una comunicación regular”.
El trabajo está a cargo de departamentos especializados de la policía de Portugal y el Reino Unido, explicó, que trabajan de “forma articulada” sobre el caso de la niña británica desaparecida en el Algarve, en el sur luso.
Pero el responsable policial subrayó que “hasta el momento, no han sido identificados por la PJ elementos con suficiente consistencia, novedad y credibilidad que puedan fundamentar una propuesta de reapertura formal de la investigación al Ministerio Público”, el organismo que cerró el caso en 2008.
En relación a la colaboración con la Policía británica Carmo señaló que “esos contactos se producirán siempre que los responsables de ambos lados entiendan que son necesarios y útiles”.
Además aclaró que tanto el grupo portugués como el británico mantienen independencia operativa.
El equipo luso, con sede en Oporto y encuadrado en el departamento de Coordinación Superior de Investigación Criminal, tiene “total autonomía para desarrollar su labor”, agregó, pero no tiene fijado “ningún plazo” para concluirla.
Madeleine desapareció el 3 de mayo de 2007 cuando tenía cuatro años del apartamento de playa donde pasaba unos días de vacaciones con sus padres y otras familias británicas.
Los progenitores, Kate y Gerry McCann, ambos médicos, la habían dejada sola, con dos hermanos menores, mientras salían a cenar con unos amigos.
La pareja sostuvo que la niña había sido raptada y organizó una gran campaña mediática para buscarla en la que recaudaron varios millones de euros.
La Fiscalía lusa los declaró sospechosos de la desaparición, aunque acabó por exculparlos y cerrar el caso, un año después, por falta de pruebas concluyentes sobre el paradero de la menor.
El año pasado la Policía británica retomó el caso a petición de los McCann y esta semana el responsable de la investigación, Andy Redwood, consideró que hay indicios suficientes para seguir buscándola