Insólito: mujer rusa mantuvo encerrado a su hijo durante 33 años en diez metros cuadrados
Dimitri Kuvaldin recuperó su libertad al fallecer su progenitora en 2002. Su madre decidió encerrarlo en una pieza de 10 metros cuadrados a los siete años para protegerlo del contacto con el mundo exterior y el abuso de otros niños.
Increíble pero cierto. Una mujer rusa mantuvo a su hijo recluido durante más de 30 años en una habitación de diez metros cuadrados en su apartamento de la ciudad de Saratov, en el sur de Rusia.
Dimitri Kuvaldin recuperó su libertad al fallecer su progenitora en 2002 y salió entonces por primera vez a la calle tras pasar 33 años encerrado en su habitación, según señala en sitio ruso Lifenews.ru.
En un vídeo difundido por el periódico digital, Kuvaldin explicó que su madre decidió recluirlo para protegerle del contacto con el mundo exterior cuando tenía siete años, tras haber aprendido a escribir y a leer en la escuela, previo paso por una guardería.
Tras la muerte de su padre, cuando su madre regresó del funeral contempló cómo unos niños se burlaban de su hijo en plena calle y decidió entonces que su hijo nunca volvería a ser víctima de los abusos de otros niños, por lo que comenzó su encierro, que se prolongó durante 33 años.
El propio Kuvaldin ha explicado que no recuerda demasiadas cosas de su infancia, en la que tuvo tiempo de leer grandes obras de la literatura rusa y a autores como Constantin Stanislavski. Tras recuperar la libertad, trabajó como repartidor de correo, recibió una modesta pensión por discapacidad y aún mantiene una amplia biblioteca de títulos literarios de la época soviética y una excelente colección de coches de juguete, que siguen siendo una de sus pasiones.