Romney se convierte oficialmente en el candidato republicano en EE.UU.
Al poco de cerrar las urnas en el estado de Texas, las proyecciones de las principales cadenas de televisión atribuyeron al empresario de 65 años el número de delegados necesario para asegurarse la nominación y enfrentarse al presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre.
El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney se convirtió hoy matemáticamente en el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, al superar con su triunfo en las primarias de Texas los 1.144 delegados necesarios para lograr la nominación.
Al poco de cerrar las urnas en el estado de Texas, las proyecciones de las principales cadenas de televisión atribuyeron al empresario de 65 años el número de delegados necesario para asegurarse la nominación y enfrentarse al presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre.
La nominación de Romney no se hará oficial hasta la Convención Nacional republicana que tendrá lugar a finales de agosto en Tampa (Florida), pero los delegados que alcanzó en Texas le permitieron superar un umbral que, en la práctica, le garantiza la posición.
“#1144. Gracias. Sean cuales sean los retos que encontremos, no nos conformaremos con nada menos que con devolver a Estados Unidos al camino de la prosperidad”, escribió Romney poco después en su cuenta oficial de Twitter.
Con menos de la mitad de los votos escrutados en Texas, la CNN proyectó que Romney logrará al menos 91 de los 155 delegados que se disputan en ese estado, y que se sumarán a su cuenta de al menos 1.066 representantes que votarán por él en la convención de Tampa.
El exgobernador de Massachussetts cuenta con un único rival en las primarias, el congresista Ron Paul, que ya no está haciendo campaña y para el que los resultados en su estado natal se auguraban tímidos.
Romney no se encontraba en Texas para celebrar la ansiada cifra de delegados, sino que pasó la jornada en Colorado y Nevada, dos estados clave de cara a las elecciones de noviembre y en los que continuó desplegando su discurso electoral, centrado en la débil recuperación económica de EE.UU. bajo la gestión de Obama.