EE.UU desclasifica información sobre su guerra contra Al Qaeda
Dos semanas después de que un artículo del diario The New York Times asegurara que Obama decide personalmente cuáles serán los blancos de los ataques de sus aviones no tripulados, el Gobierno estadounidense ha decidido desclasificar parte de la información sobre esas operaciones.
La Casa Blanca reconoció hoy que ha tomado “acciones directas” contra miembros de Al Qaeda en Yemen y Somalia, en su primera referencia pública a unos ataques encubiertos que han generado numerosas críticas al Gobierno de Barack Obama.
Dos semanas después de que un artículo del diario The New York Times asegurara que Obama decide personalmente cuáles serán los blancos de los ataques de sus aviones no tripulados, el Gobierno estadounidense ha decidido desclasificar parte de la información sobre esas operaciones.
En su informe semianual al Congreso sobre operaciones militares, la Casa Blanca señala que EE.UU. “ha desplegado fuerzas de combate para asistir en las capacidades antiterroristas de sus aliados, incluidas operaciones especiales y otras fuerzas para operativos delicados en varios lugares del mundo”.
“En un número limitado de casos, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han emprendido acciones directas en Somalia contra miembros de Al Qaeda”, indica el documento de cuatro páginas, que se refiere en los mismos términos a Yemen.
Aunque el informe no menciona a los aviones no tripulados ni ningún otro tipo de herramienta de ataque, sí reconoce la existencia de la práctica mediante el término “acciones directas”, empleado en jerga militar para referirse a una serie de operativos letales.
“Si es necesario tomaré medidas adicionales contra Al Qaeda, los talibanes y las fuerzas asociadas para proteger a los ciudadanos estadounidenses y sus intereses”, señala el informe, firmado por Obama.
El portavoz del Pentágono, George Little, subrayó en un comunicado que, en todos los casos, las acciones “se centraron en aquellos miembros de Al Qaeda y sus filiales que representan una amenaza directa para Estados Unidos y nuestros intereses nacionales”.
En el caso de Somalia, el informe asegura que Estados Unidos “ha trabajado para contrarrestar la amenaza terrorista representada por Al Qaeda” y los “elementos relacionados” con ese grupo en la red terrorista Al Shabaab, milicia que controla parte del país.
En sus “limitados” ataques, las fuerzas armadas estadounidenses han atacado también “directamente” a objetivos que son miembros de ambas redes terroristas, “que están desarrollando esfuerzos para llevar a cabo ataques terroristas contra Estados Unidos”, señala.
Además, el Pentágono trabaja con el Gobierno de Yemen para “desmantelar las operaciones y eliminar en último término” a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP, en inglés), un brazo armado que el informe define como “la filial más activa y peligrosa de Al Qaeda hoy en día”.
“Nuestros esfuerzos conjuntos (con el Gobierno de Yemen) han resultado en acciones directas contra un número limitado de operativos de AQAP y sus líderes en ese país, que presentaban un riesgo terrorista para los Estados Unidos y nuestros intereses”, apunta.
El documento se refiere únicamente a las operaciones coordinadas por el Pentágono, y no por la CIA, y se envió a los congresistas acompañado de un anexo que contiene información clasificada con más detalles sobre las operaciones, pero que no se hizo público.
La referencia a los ataques de aviones no tripulados (“drones”) se produce después de que varios congresistas republicanos afirmaran que la Casa Blanca había filtrado deliberadamente información secreta sobre seguridad para mejorar la imagen de Obama, en una maniobra dirigida a su reelección en las elecciones de noviembre.
El propio Obama calificó de “ofensiva” y “errónea” esa teoría, que se refería tanto al artículo de The New York Times sobre los ataques aéreos como a otro en el mismo diario sobre los ataques cibernéticos de Washington contra el programa nuclear de Irán.
Sin embargo, la Casa Blanca no ha desmentido ninguna de esas informaciones de prensa, que citaban, en ciertos casos con nombre y apellidos, a altos funcionarios de la administración.
El artículo sobre los “drones” perfilaba a un Obama que insiste en “aprobar personalmente cada nuevo nombre de una “lista para matar” cada vez más larga, escudriñando las biografías de sospechosos de terrorismo”, en una práctica cuyas víctimas se minimizan o incluso “se ocultan”.