Siria: HRW denuncia la existencia de 27 centros de tortura y crímenes de lesa humanidad
La ONG Human Rights Watch exige que el caso sirio se lleve a se envíe a la Corte Penal Internacional (CPI) y "se adopten sanciones contra los responsables de los abusos", además apuntan como responsable último, al presidente, Bachad Al Assad.
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) reveló hoy la ubicación de 27 centros de tortura en Siria, así como los nombres de sus responsables y denunció que esas prácticas “sistemáticas son crímenes contra la humanidad”.
HRW pidió así al Consejo de Seguridad de la ONU que envíe a la Corte Penal Internacional (CPI) el caso sirio y “adopte sanciones contra los responsables de los abusos”, además de responsabilizar de esos crímenes contra la humanidad al responsable último, el presidente de Siria, Bachad Al Asad.
“Archipiélago de tortura: Detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas en las prisiones desde marzo de 2011” en Siria, elaborado por HRW denuncia que “exdetenidos y desertores han identificado la ubicación, los métodos de tortura y en muchos casos a los comandantes que dirigen 27 centros de detención bajo el mando de las agencias de inteligencia sirias”.
“Las agencias de inteligencia (sirias) dirigen un archipiélago de centros de tortura repartidos en todo el país”, señaló uno de los responsables de HRW, Ole Solvang.
Agregó que al “publicar el lugar en que están, describir sus métodos de tortura e identificar a quienes las cometen estamos diciéndoles que tendrán que responder por sus crímenes horribles”.
El documento publicado este martes revela que hay diez centros de detención en Damasco, cuatro en Idlib, Latakia y Homs, respectivamente, tres en Daraa y dos en Aleppo, dirigidos por altos mandos militares como los generales Shafiq, Rustom Ghazali, Burham Qadour, Yousef Abdou, Muhammad Khallouf, Nawfel Al Husseini o Abdul Salam Fajr Mahmoud.
“Los patrones sistemáticos de malos tratos y torturas documentados por HRW muestran una política de Estado de tortura y malos tratos que constituyen crímenes contra la humanidad”, afirmó la organización.
El documento incluye los mapas con la localización de esos centros de tortura, así como el testimonio recogido en vídeo de exdetenidos y la descripción de las técnicas de tortura por numerosos testigos o víctimas.
“El actual número de centros de detención utilizados por las agencias de inteligencia podría ser mucho mayor” que los revelados, señala HRW, que “casi todos los exdetenidos entrevistados dijeron que habían sido sometidos a torturas o sido testigos de las torturas a otros durante su detención”.
Según la organización los guardias y oficiales encargados de los prisioneros utilizaron más de 20 métodos de tortura, “desde palizas con bastones y cables, a mantenerles por mucho tiempo en posiciones que les causaban dolor extremo, aplicarles electricidad, utilizar ácido, asaltos sexuales y humillaciones, arrancarles las uñas o fingir ejecuciones”.
Revela también que un hombre de 31 años detenido en Idlib en junio describió a HRW que los guardias le obligaron a desvestirse y después “le retorcieron los dedos con pinzas, le pusieron grapas en los dedos, en el pecho y las orejas”.
“Solo me las quitaban si hablaba. Las de las orejas fueron las más dolorosas”, contó esa víctima de las torturas sirias a HRW, al tiempo que señaló que sus captores enganchaban cables a la batería de un coche para aplicarle descargas eléctricas y una pistola también eléctrica en sus genitales.
La misma persona dijo que le torturaron de esa manera tres veces en tres días.
Aunque la mayoría de los torturados, según la organización, fueron hombres “entre 18 y 35 años, también se entrevistó a víctimas que eran niños, mujeres y ancianos”.
HRW reveló que la mayor parte de las torturas que se reflejan en el documento tuvieron lugar en las instalaciones de los departamentos de Inteligencia Militar, en la Dirección de Seguridad Política y en las direcciones generales de Inteligencia y de las Fuerzas Aéreas, conocidas todas como “mukhabarat”.
“Todos los testigos entrevistados describieron que solo las condiciones de los centros de detención pueden ya considerarse como un maltrato, debido a la superpoblación, los malos alimentos y la negación sistemática de asistencia médica”, agrega.
También pidió que todos los individuos responsables de esos crímenes contra la humanidad se sometan a la ley internacional, al igual que los subordinados que los cometieron ya que deberían de saber de su obligación legal de prevenir esos delitos.
“La cadena de responsabilidad debería aplicarse no solo a los comandantes que dirigen los centros de detención, sino a los jefes de los servicios de inteligencia, al Gobierno y al jefe del Estado, Bachar Al Asad”.
Al no haber ratificado Siria el Estatuto de Roma, que dio paso a la creación de la CPI, ese alto tribunal solo tiene jurisdicción sobre esos delitos si el Consejo de Seguridad de la ONU adopta una resolución que permita llevar al país árabe ante sus jueces.
HRW denunció que “Rusia y China (los dos miembros permanentes del Consejo y con derecho de veto) han bloqueado con anterioridad cualquier esfuerzo del Consejo para presionar a Siria por sus responsabilidades”.
“El nivel inhumano de esa red de centros de torturas supera lo horrible. Rusia no debería proteger a quienes son responsables de ello”, afirmó Solvang.