¿Lo beberías?: Indignación por venta de vinos italianos con la cara de Hitler
En las botellas se puede observar a Hitler en su clásico gesto de saludo nazi, otro está etiquetado como "Mi lucha" y en un tercero se puede leer "una personas, un Imperio, un Fuhrer". Los vinos comparten estante con otros con la figura de la Papa Juan Pablo II, cuestan unos $5.700 pesos en Italia.
Una pareja estadounidense denunció que en supermercado de la localidad italiana de Garda se comercializan vinos con la figura del controvertido líder nazi en variadas poses, pero más allá de la indignación que esto puede provocar, también llamó la atención que los mostos hitlerianos compartan estante con otros con la figura de la Papa Juan Pablo II. Los vinos tienen un costo de 9.50 euros, lo que equivale a unos $5.700 pesos.
“Esto hace pensar que en aquella población sienten simpatía por el neonazismo”, senaló el abogado Michael Hirsch, de origen judío y quien realizó el curioso descubrimiento junto a su mujer. “No solo es una ofensa para los judíos, es una ofensa para la Humanidad en general”, agregó la esposa de Hirsch. Al consultar al personal del supermercado, estos respondieron que solo se trataba “de un personaje histórico, como el Che Guevara”.
El norteamericano detalló que en una de las botellas se observa a Adolf Hitler con el brazo levantado en su clásico gesto de saludo nazi, otro está etiquetado como “Mein Kampf” (Mi lucha) y en un tercero se puede leer ” Ein volk, ein el Reich, ein Fuhrer ” (una personas, un Imperio, un Fuhrer), dijo Hirsch.
La replica de las autoridades no se hizo esperar. El ministro italiano de Integración, Andrea Riccardi, señaló que el caso “ofende la memoria de millones de personas y pone en peligro la imagen de Italia” en el extranjero.
“Quiero tranquilizar a nuestros amigos estadounidenses que visitan nuestro país, que nuestra Constitución y nuestra cultura rechaza el racismo, el antisemitismo y el fascismo nazi”, puntualizó el funcionario.
A su tuno, el fiscal Mario Giulio Schinaia anunció que ya existen investigaciones en curso para aclarar el curioso caso. Sin embrago precisó que “el único castigo que podría imponerse en este caso es que los responsables de la venta del vino se disculpen por fomentar el fascismo”, y agregó que “al parecer la estupidez humana no tiene límites y menos con tal de obtener beneficios económicos”.