Huelga en el metro de Buenos Aires cumple su octavo día
La medida de fuerza ha provocado un verdadero caos de tránsito en la ciudad esta semana, aunque hoy sábado, día de menor actividad, el panorama en las calles era más tranquilo, pero aún así los usuarios frecuentes del subterráneo deben buscar otras alternativas para desplazarse.
La huelga en el metro de Buenos Aires, la más larga que se recuerda en el servicio de subterráneos porteño, cumple hoy su octava jornada tras el fracaso de las negociaciones entre el Gobierno de la ciudad, la concesionaria y los sindicatos que demandan mejoras salariales.
La medida de fuerza ha provocado un verdadero caos de tránsito en la ciudad esta semana, aunque hoy sábado, día de menor actividad, el panorama en las calles era más tranquilo, pero aún así los usuarios frecuentes del subterráneo deben buscar otras alternativas para desplazarse.
La huelga es liderada por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), cuyos dirigentes, denominados “metrodelegados”, reclaman a la empresa concesionaria del servicio, Metrovías, un alza salarial del 28 por ciento.
El secretario adjunto de la AGTSyP, Néstor Segovia, dijo hoy en declaraciones radiales que la medida de fuerza es “prácticamente por tiempo indeterminado”.
Sin embargo, el secretario general del sindicato, Roberto Pianelli, dijo que espera que el servicio vuelva a funcionar en la noche de hoy, aunque admitió que ve esta posibilidad como “dificultosa”.
“No hay previstas reuniones para hoy, pero vamos a seguir insistiendo porque estamos disponibles para negociar las 24 horas del día“, dijo Pianelli a radio El Mundo, de Buenos Aires.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro representa a una parte de los trabajadores del metro de Buenos Aires.
El otro sindicato, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) -cuyo liderazgo desconocen los “metrodelegados”-, aceptó este viernes una oferta empresarial para aumentar en un 23 por ciento los salarios.
“Acá se terminaron las mentiras, nosotros sabemos bien que esto no es un paro, es una toma, han tomado el subterráneo”, dijo hoy el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, en declaraciones a radio Mitre, de Buenos Aires.
Ante un creciente enojo entre el millón de usuarios que a diario toman el metro y el desquicio de tránsito desatado en la ciudad, la Justicia ordenó el jueves a la Subsecretaría de Trabajo de Buenos Aires a convocar a las partes a una instancia de negociación.
Sin embargo, las maratonianas reuniones celebradas jueves y viernes resultaron en fracaso pues Metrovías asegura que no cuenta con los fondos suficientes para hacer frente a un aumento salarial del 28 por ciento y los “metrodelegados” no aceptan una oferta inferior a su pedido.
La huelga ha reavivado además el conflicto entre el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, y el Gobierno de la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien traspasó en enero pasado el subterráneo a la ciudad.
Macri rechaza sin embargo hacerse cargo del metro sin que el Estado nacional mantenga los millonarios subsidios que destinaba al servicio.
“Esto dejó de ser un conflicto salarial y se convirtió en un conflicto político porque sabemos que los metrodelegados están respondiendo al Gobierno nacional”, dijo hoy la vicejefa de Gobierno de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
La funcionaria acusó a los “metrodelegados” de hacer reclamos “arbitrario” e “irracionales”, “representando intereses que está claro que son los del kirchnerismo”.
Vidal advirtió que desde el gobierno de Buenos Aires se “evalúan sanciones” contra los sindicalistas, que desconocieron la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo de la ciudad.
El Gobierno de Cristina Fernández ha rechazado que los “metrodelegados” respondan al Ejecutivo nacional y ha insistido en que es Macri quien debe resolver el conflicto.
En tanto, en las redes sociales crece una campaña para que los usuarios, una vez que se levante la huelga, no paguen el boleto del metro como forma de protesta.
“El Gobierno nacional culpa a Macri. Macri culpa al Gobierno nacional. Los metrodelegados nos dejan a pata (pie). Metrovías se lava las manos. Los usuarios somos los únicos que pagamos esta disputa de poder”, afirma la campaña que se difunde entre los usuarios indignados.