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28 de Septiembre de 2012

Los relatos del horror en cárceles de Siria: Violaciones grupales, torturas con ratas y aislamiento

En un conflicto que se vuelve cada vez más cruento, se multiplican las denuncias de abusos contra prisioneros. Human Rights Watch afirma que la violencia sexual se está utilizando en Siria para degradar y humillar a los prisioneros.

Por Redacción
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La guerra civil, desatada en Siria desde febrero de 2011, ha abierto la puerta a incontables y cruentos abusos por parte de las autoridades hacia los detenidos que, como único crimen,  rechazan al régimen de Bachar Al Assad. Violaciones grupales, torturas con ratas y aislamiento son algunas de las atrocidades a las que son sometidos las y los detenidos.

El corresponsal de BBC, Fergal Keane recogió, en directo, algunos de los relatos de horror y angustia de los que pasaron por las celdas de detención.

Lo primero que vio uno de los testigos fue a una mujer en el rincón del sótano. “La estaban violando. Era obvio que la estaban violando. Le salía sangre del cuerpo y se acurrucaba en el rincón”, me dijo.

Cuando lo detuvieron en noviembre, el testigo trabajaba como activista junto a un grupo de defensa de derechos humanos vinculado a una iglesia. Explicó que sus captores le exigieron que confesara que había ingresado armas al país y demandaron explicaciones por un supuesto envío de videos de manifestaciones a medios de comunicación internacionales. “Me pegaron, me patearon, me dieron cachetadas, e hicieron algo poco amigable y ofensivo. Yo sé lo que ocurre cuando arrestan a alguien. Sientes que eso es el fin”.

Primero, contó, un oficial de seguridad comenzó a tocarlo sexualmente. Había otro militar que observaba y no decía nada. Luego llegaron otros tres oficiales, que lo atacaron. “Estos tres tipos, eran como animales. Intenté protegerme, pero soy algo bajo. Cuando me estaban violando les decía: ‘Por favor no lo hagan, por favor no lo hagan'”. Mientras sufría sus abusos, le tomaban el pelo, recordó. “¿Quieres que (Bashar) Al-Assad se vaya? Esto es por decir que no te gusta Al-Assad”.

“Nadie te visita”

Un adolescente ingresó más tarde a la celda. A él también lo violaron. Mientras transcurría el ataque, el joven pedía a gritos por su madre. Pero en palabras de otro sobreviviente, las celdas de tortura en Siria son sitios en los que “nadie te escucha, nadie te visita”.

Otro testigo, esta vez mujer, me contó que estuvo recluida durante dos meses en la famosa Rama Palestina de Inteligencia Militar en Damasco, el edificio bombardeado por los grupos rebeldes en mayo. Había sido arrestada en un puesto de control en Homs el año pasado.

Como parte de la tortura, los guardias utilizaban ratas y ratones para violar a las mujeres. Describió uno de los ataques que presenció. “Le metió una rata en la vagina. Ella estaba gritando. Después vimos sangre en el piso. Él le dijo: ‘¿Es esto lo suficientemente bueno para ti?’. Le tomaban el pelo. Era obvio que estaba en agonía. Podíamos verlo. Después de eso, ya no se movió”.

En ausencia de otros testigos y con los investigadores de derechos humanos de la ONU con ingreso denegado, es imposible corroborar en forma independiente estas denuncias de violaciones. Es igual de imposible hacer una estimación del número de casos de abusos.

Tendencioso

Según el grupo de defensa de los Derechos Humanos ‘Human Rights Watch‘, el estigma social que rodea a estas víctimas significa que muchas se niegan a hacer denuncias. “En muchos casos, las víctimas no quieren que sus familias u otros en su comunidad sepan del ataque, por miedo o vergüenza”, dice la ONG.

Human Rights Watch afirma que la violencia sexual se está utilizando en Siria para degradar y humillar a los prisioneros. Ni este grupo ni Naciones Unidas ha denunciado que estas tácticas se utilicen en el bando rebelde.

Según el último informe de Naciones Unidas, la violencia sexual es parte de una serie de crímenes contra la humanidad que se están perpetrando contra los civiles en Siria. El gobierno de Damasco ha rechazado sistemáticamente estas acusaciones y ha calificado el informe de la ONU de “injusto y subjetivo”.

Las violaciones son una de las desgracias más frecuentes en la guerra. Pero en los últimos tiempos se habían dado pasos para fortalecer la reacción de la comunidad internacional cuando sucedían.

Algunas sentencias de los tribunales para la ex Yugoslavia y para Ruanda buscaron sentar precedente para poner fin a la cultura de impunidad que rodea a estos crímenes.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha pedido que las denuncias contra el gobierno sirio, entre ellas las de abusos sexuales, lleguen a la Corte Penal Internacional. Sin embargo, las profundas divisiones en el Consejo de Seguridad entre los aliados y enemigos de Damasco vuelven poco probable que lleguen a tal instancia

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