Yoani Sánchez cuenta que intentaron desnudarla pero “me resistí y pagué las consecuencias”
La bloguera y colaboradora de "El País", liberada ayer, relata hoy en ese diario cómo fue su detención desde que interceptaron el vehículo en el que viajaba con su esposo y otro periodista independiente y les acusaran de querer "boicotear al tribunal" que iba a juzgar a Carromero.
La bloguera cubana Yoani Sánchez, que estuvo arrestada 30 horas en su país cuando se dirigía a la ciudad de Bayamo para cubrir el juicio al español Ángel Carromero, afirma que se sintió en la piel del joven político durante su detención.
La bloguera y colaboradora de “El País”, liberada ayer, relata hoy en ese diario cómo fue su detención desde que interceptaron el vehículo en el que viajaba con su esposo y otro periodista independiente y les acusaran de querer “boicotear al tribunal” que iba a juzgar a Carromero.
“Le habíamos creído al periódico Granma cuando publicó que el juicio era oral y público. Pero ya saben, Granma miente”, afirma Yoani en su narración.
Ella considera que al arrestarla le estaban permitiendo “vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior”.
Cuenta cómo tres mujeres uniformadas trataron de desnudarla, pero “me resistí y pagué las consecuencias”, subraya.
Dice que “después de ese momento de máxima tensión le llega el turno al policía “bueno”... Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo”.
Después señala que tras protestar largamente contra la ilegalidad de su arresto estuvo repitiendo más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”.
De madrugada le permitieron hacer la llamada, y pudo intercambiar unas frases con su padre “a través de una línea evidentemente pinchada”.
A continuación, asegura que entró “en la otra etapa de mi resistencia. La llamé “hibernación”… Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores que trajeron a revisarme. Me negué a colaborar con mis captores y se lo dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja”.
También cuenta que se negó a dormir en un “calabozo-suite” adonde la llevaron, un lugar “con una rara mezcla de barrotes y cortinas”.
Y asegura que “solo de mirar el estampado de las cortinas, tuve el presentimiento que era el mismo lugar donde habían hecho la primera grabación que circuló en internet de las declaraciones de Ángel Carromero”, el joven político español detenido y juzgado por el accidente de tráfico en el que murieron los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero.
“Yo estaba viviendo el ‘deja vú’ de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero. Ya lo sabía y era duro”, asegura la bloguera.
Yoani se permitió un último desaire a sus guardianes cuando la iban a trasladar a La Habana y “uno de mis captores tendió su mano para ayudarme a subir al microbús donde también estaba mi esposo”. “No acepto cortesía de represores”, les espetó la bloguera.