Conflicto interno de Siria escala a Israel y Turquía: Los escenarios que enfrenta Al Assad

Dos incidentes ocurridos el mismo día involucran a dos de los vecinos más poderosos de Siria y exhiben el riesgo regional que se está corriendo por la guerra civil en ese país. Las tropas del presidente sirio, Bachar Al Assad bombardearon este lunes una  ciudad ubicada a unos pocos metros de la frontera con Turquía, dejando 16 muertos. Al mismo tiempo tras días consecutivos de fuego de morteros sirios cruzando hacia los altos el Golán controlado por Israel, este país hoy respondió bombardeando posiciones sirias por primera vez en décadas. Una situación frente a la que incluso el secretario general de la ONU se mostró preocupado.

Así Turquía e Israel se han transformado en víctimas de los que podría definirse como los efectos colaterales de la lucha entre el ejército sirio y los rebeldes del ejército libre sirio, iniciada hace 20 meses, o bien, de lo que algunos ya interpretan como incidentes que de manera premeditada estarían intentando arrastrar a esos dos países a confrontarse con Assad. Estos los escenarios que Siria enfrenta de cara a sus vecinos: 

1.- Assad intentando involucrar a sus vecinos. Algunos analistas sugieren la posibilidad de que debido a la gravedad de la situación en Siria, el presidente estaría provocando a sus vecinos de manera premeditada. Estas concepciones se basan en lo siguiente:

Por la parte turca, las bombas y balas sirias que cruzan la frontera tendrían diversos propósitos. Primeramente recordar a Turquía el hecho de que Assad es plenamente consciente del respaldo que Ankara brinda a los rebeldes, que va desde apoyo logístico hasta financiamiento y armas.  Así, Turquía se habría ya de antemano colocado al lado del bando contrario a Assad en la guerra y por tanto sería un enemigo declarado.

Pero por otro lado, arrastrar a Turquía a la guerra detonaría un caos muy difícil de controlar para Occidente, lo que todos saben no está en los intereses de nadie. Como lo he descrito acá, en otras palabras, estaríamos quizás hablando del Efecto Sansón (si me hundo yo, que se hundan todos conmigo). Es decir, se podría estar intentando involucrar a Turquía en una situación que en principio no le conviene y que por tanto generaría un caos regional generalizado que si bien puede terminar con Assad en lo particular, también mermaría los intereses occidentales por igual.

En esa misma lógica podría ubicarse la intencionalidad de provocar un choque con Israel. Inmiscuir a este otro actor involucra aún más variables. Israel es el enemigo común de toda la región. Es el país que unifica a sunitas y chiitas, a persas y árabes desde la península y las monarquías del golfo, hasta la Hermandad Musulmana o Hamás y Hezbollah.

Los más recientes estudios de opinión conducidos por el Pew Research Center en países como Turquía o Egipto revelan que el sentimiento anti-israelí entre las poblaciones de la región es muy elevado. Por consiguiente, arrastrar a Israel a un conflicto con Siria podría tener el objetivo interno de buscar apoyos dentro de la propia población siria, y la meta externa de poner en una encrucijada a países como Qatar o Arabia Saudita al colocarlos del lado israelí –el acérrimo enemigo del mundo árabe- en una potencial confrontación con Assad.

Si bien estas explicaciones pudieran sonar plausibles, hay otras posibilidades.

2.-Actos sin intención por los efectos de la guerra civil: Esta segunda hipótesis partiría del supuesto de que Assad está actuando en todo momento como actor racional, valorando sus distintas alternativas y eligiendo las mejores opciones dadas sus circunstancias. Si esto es correcto, involucrar a Turquía e Israel no pasa por la prueba de la lógica más elemental dado que si con cualquiera de estos dos países estallara una guerra abierta y escalada, el destino de Assad estaría escrito.

No olvidemos que el ejército sirio se encuentra ya sumamente desgastado, ha padecido deserciones a todos los niveles, ha perdido armamento y es constantemente amenazado por una guerra de guerrillas que le tiene materialmente en jaque las veinticuatro horas. Abrir dos frentes adicionales sería irracional. No se trata de enemigos cualesquiera, sino de Turquía e Israel, dos potencias regionales que en circunstancias normales, con el ejército sirio trabajando a su 100%, muy probablemente derrotarían a Assad sin mayores problemas. Por consiguiente, si el involucramiento de estos actores es intencional, quizás Assad esté operando ya en la irracionalidad o bajo la lógica del efecto Sansón buscando el caos regional. Sin embargo, tanto en el caso turco como en el caso de Israel, una vez que estos países ofrecen determinada respuesta militar, Assad no ha respondido, sugiriendo con ello que no busca la confrontación directa.

Eso lleva entonces a concluir, como aparentemente lo están haciendo los actores involucrados, que estos ataques son más bien el producto colateral de la propia guerra civil que se vive en Siria. El ejército de Assad persigue a los rebeldes, y lanza balas y bombas para alcanzarlos. Los rebeldes, conociendo bien los mapas, huyen hacia territorio fronterizo, justamente porque sería más seguro dado que Assad teóricamente no se atrevería a atacarles en esa zona. Sin embargo, en estas persecuciones, el ejército sirio se mantiene firme y bombardea a los rebeldes estén donde estén, lo que ocasiona que en diversos momentos estas bombas crucen al otro lado de la frontera.

Lo que se viene 

En cualquier caso, lo que veremos en los próximos días es seguramente lo que ya venimos viendo específicamente en el caso turco, un intento por des-escalar estos instantes de crisis. Por un lado, se intentará dejar claro a Assad el hecho de que tanto Turquía como Israel están dispuestos a defender sus fronteras (en el caso de Israel, aunque el Golán formalmente no le pertenece, desde 1973 existe un tratado de armisticio que hasta ahora no había sido violado). Sin embargo, las respuestas por parte de estos dos países seguirán siendo limitadas intentando evitar que el conflicto llegue a involucrarlos de manera más directa. Esta tesis no obstante, no es infalible.

Hay que dejar claro que en una región como Medio Oriente los fuegos se atizan en instantes, y las cosas se pueden salir de las manos. Sólo la prudencia y la restricción por parte de los involucrados podrían lograr que estos incidentes que se seguirán repitiendo, no tengan mayores consecuencias.