Ministro de Cultura ruso y el caso Pussy Riot: “La falta de censura provoca indignación en nuestra sociedad”
"No están encerradas por ser figuras de la cultura, ya que no lo son, sino por ser vándalas", afirmó Vladimir Medinski en rueda de prensa al ser preguntado sobre las libertades en el ámbito de la cultura.
El ministro de Cultura de Rusia, Vladímir Medinski, tachó hoy de “vándalas” a las integrantes del grupo punk Pussy Riot que fueron condenadas a dos años de cárcel por su plegaria punk en la principal catedral ortodoxa del país.
“No están encerradas por ser figuras de la cultura, ya que no lo son, sino por ser vándalas”, afirmó Medinski en rueda de prensa al ser preguntado sobre las libertades en el ámbito de la cultura.
Medinski, conocido propagandista del partido oficialista Rusia Unida, aseguró que “en el país no hay ningún tipo de censura en absoluto”.
“No me van a creer, pero eso (la falta de censura) provoca indignación a buena parte de nuestra sociedad”, precisó Medinski, titular de Cultura desde mayo pasado.
Añadió que en tres cuartas partes de las cartas que recibe diariamente se le pide imponer censura en el campo cultural.
Sobre el grupo de grafiteros rusos “Voyná” (Guerra), que alcanzó fama internacional por la pintada de un gigantesco pene en un puente levadizo de San Petersburgo, Medinski dijo que no le interesa su destino.
“No nos metemos en esos asuntos, que vivan como le venga en gana”, aseveró.
En agosto de este año, tres componentes del grupo Pussy Riot fueron condenadas a dos años de prisión tras ser declaradas culpables de “vandalismo motivado por odio religioso” por haber escenificado una plegaria contra Vladímir Putin en la catedral ortodoxa moscovita de Cristo Salvador.
Mas tarde, tras examinar un recurso de casación el Tribunal Municipal de Moscú resolvió confirmar la sentencia contra Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, y dejó en libertad condicional a Yekaterina Samutsevich.
Tras la escenificación en la catedral, las Pussy Riot difundieron en internet un vídeo con una canción que decía “Madre de Dios, echa a Putin” y que criticaba a la Iglesia Ortodoxa por pedir el voto para el líder ruso en vísperas de las elecciones presidenciales de marzo de este año.
Tolokónnikova y Aliójina fueron trasladadas a finales de octubre pasado a las penitenciarías lejanas de Moscú donde tendrán que cumplir sus penas