Mariano Rajoy: Los signos de mejoría de la economía española "no son un espejismo"

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dijo hoy que ve más cerca el fin de la crisis económica y, pese a reconocer que aún quedan “malas noticias”, aseguró que los signos que apuntan a una mejoría “no son un espejismo”.

Ahora hay que “perseverar”, dijo Rajoy en su intervención en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de su Partido Popular (PP), que ha estado centrada en la polémica creada por las informaciones sobre cuentas en Suiza de su ex tesorero, Luis Bárcenas, y el presunto pago de sobresueldos opacos a dirigentes de la formación.

Pero con independencia de anunciar una auditoría externa y otra interna de las cuentas del partido para despejar cualquier duda y de avanzar que propondrá un gran pacto contra la corrupción a todas las fuerzas políticas, Rajoy dedicó parte de su intervención a refrendar su política económica porque cree que es la que está permitiendo avanzar hacia la salida de la crisis.

Rajoy, según explicó su “número dos” en el PP, María Dolores de Cospedal, en la rueda de prensa que ha ofrecido al término de esa reunión, considera que 2013 va a ser “el umbral” de la recuperación.

Reconoció que durante todo este ejercicio los españoles seguirán sufriendo algunos “reveses” y aún llegarán malas noticias, pero el jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que España está más cerca del final de la crisis y que para conseguir superarla hay que seguir por la senda de las reformas estructurales.

Entre los signos de mejora citó la reducción del déficit, la existencia de una menor deuda exterior, el comportamiento del sector del turismo y los datos de la balanza por cuenta corriente.

Todo ello, insistió, no representa “un espejismo”, sino que se trata de signos que ya avanzan la inversión de la tendencia de la economía española.

Asimismo, Rajoy destacó la ley de Transparencia, que está actualmente en tramitación parlamentaria.

Rajoy se refirió a la gran transformación que está experimentando Europa, un proceso en el que tienen que ir de la mano todos los socios comunitarios