[FOTOS] Con masiva manifestacion frenan segunda caída del Muro de Berlín
La apertura de un hueco en el otrora infranqueable Telón de Acero tiene como objetivo construir una salida de emergencia desde el parque en que se ha convertido la franja de la muerte, terreno sobre el que se edificarán las viviendas de la polémica.
Las protestas en la calle y en internet han logrado paralizar “in extremis” las obras para desmontar parte del tramo más emblemático del Muro de Berlín, en jaque por la construcción de unas viviendas de lujo en la antigua franja de la muerte.
Desde primera hora de la mañana, alrededor de unas 200 personas se concentraron delante del tramo que un equipo de operarios empezó a desmantelar ayer tarde con maquinaria pesada y un fuerte despliegue policial y su persistencia logró posponer, al menos dos días, estas tareas.
Los manifestantes criticaban con lemas y pancartas la destrucción de un monumento tan emblemático como es la denominada “East Side Gallery”, el tramo más largo de muro que aún se conserva en pie y que es famoso por grafiti como el del “beso de tornillo” entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker.
“El muro sólo tiene sentido cuando está completo, si le abres un hueco pierde su significado”, aseguró a Efe uno de los manifestantes, un joven alemán que se identificó como Max.
Pasadas las 11 de la mañana, un numeroso operativo policial desmantelaba el primer -y hasta el momento único- bloque de hormigón prefabricado de un metro de anchura del muro y, en una carretilla, lo transportaban hasta una camioneta.
Pancartas con el lema “¿Es que la cultura ya no vale nada?” presidían una protesta sin incidentes que se ha alargado durante algo más cuatro horas.
La convocatoria para la concentración, que instaba a realizar una cadena humana frente al muro para impedir su desmantelamiento, ha sido promovida a través de las redes sociales.
Además, la semana pasada arrancó una petición en la plataforma social de Change.org, que hasta esta tarde había recabado más de 34.000 firmas para paralizar las obras de este bloque de viviendas de lujo.
Las obras están rodeadas de contradicciones y “secretismo”, denuncian preocupados Max y alguno de sus acompañantes en la protesta.
La apertura de un hueco en el otrora infranqueable Telón de Acero tiene como objetivo construir una salida de emergencia desde el parque en que se ha convertido la franja de la muerte, terreno sobre el que se edificarán las viviendas de la polémica.
Sin embargo, la promotora Living Bauhaus aseguró en un comunicado que el desmantelamiento del muro “no tiene nada que ver” con la construcción de su edificio, sino que “se trata de un requisito del distrito berlinés” al que pertenece la parcela.
Por su parte, el portavoz del distrito declaró que la administración berlinesa “no tiene nada que ver con eso”, a pesar de la intervención directa de las fuerzas de seguridad en las tareas de desmantelamiento.
Kani Alavi, uno de los pintores encargado de decorar el muro en los años 90, lamentó este hecho y criticó que ninguna autoridad se responsabilice de lo que está pasando.
“No sabemos qué es lo que se proponen ni de dónde viene la autorización que permite la desmantelación del muro”, dijo Alavi, quien aseguró estar “contento” con la respuesta popular.
Además, el pintor mostró su satisfacción con el hecho de que se haya logrado paralizar las obras al menos durante dos días y que el asunto se vaya a debatir en la asamblea del Gobierno Regional de Berlín.
Alavi mostró su indignación con el hecho de que la empresa constructora se respalde en que el terreno donde está levantado el muro sea privado y que, por tanto, ese fragmento del Muro de Berlín le pertenezca.
En esta misma línea se manifestó una de las asistentes a la concentración, la joven arquitecta Nina Gerard que aseguró a Efe no entender que “un monumento tan importante para la historia de Alemania se deje caer en manos privadas”.
Por su parte, el responsable de marketing de la “East Side Gallery”, Jörg Weber, dijo no poder comprender que el Ayuntamiento de Berlín “luche” por muchos otros proyectos sociales pero no lo haga por una causa como ésta.
La futura construcción tendrá una altura de 63 metros, lo que la convierte en uno de los edificios más altos de la capital alemana desde la caída del muro y que, con sus 6.000 metros cuadrados, ofrecerá viviendas a partir de los 2.750 euros el metro cuadrado, muy por encima de la media de la zona.