El papa Francisco dijo compartir el dolor de las madres de la Plaza de Mayo
El Santo Padre respondió a una misiva enviada por la Asociación de Madres de la Plaza de mayo con motivo de su elección en marzo pasado."Su Santidad valora y aprecia mucho a quien están cerca de los más desfavorecidos y se esfuerzan por ayudarlos", dice la carta dada a a conocer por el grupo.
El Papa Francisco señaló a la agrupación argentina “Madres de la Plaza de Mayo“ que “comparte su dolor y el de tantas madres y familias que han padecido y padecen la pérdida trágica de sus seres queridos en ese momento de la historia argentina”, refiriéndose al tiempo de la dictadura argentina entre 1976 a 1983.
Así lo indicó en una carta dirigida a la líder de la asociación, Hebe de Bonafini, firmada por el subsecretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Antoine Camilleri, como respuesta a la misiva enviada por las ‘madres de Plaza de Mayo’ con ocasión de la elección de Bergoglio como obispo de Roma.
“Su Santidad valora y aprecia mucho a quien están cerca de los más desfavorecidos y se esfuerzan por ayudarlos”, agrega la carta, cuyo contenido fue divulgado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
El pontífice además señaló que pide a Dios “la fuerza para luchar, desde el ministerio que acaba de asumir, a favor de la erradicación de la pobreza en el mundo, de modo que cese el sufrimiento de tantas personas que pasan necesidad.
Igualmente señaló en la misiva que “valora y aprecia mucho a quien están cerca de los más desfavorecidos y se esfuerzan por ayudarlos, comprenderlos y salir al encuentro de sus justas aspiraciones”. Al mismo tiempo suplicó a Dios que “ilumine a los que son responsables del bien común, para que combatan el flagelo de la miseria con medidas eficaces, ecuánimes y solidarias”.
Al finalizar, el Papa Francisco impartió una particular Bendición “como signo de esperanza y aliento, a la vez que pide el favor de que recen y hagan rezar por él”.
Saludo a la Iglesia argentina
Igualmente Bergoglio hizo llegar otra carta a la 105º Asamblea Episcopal argentina, en la que apunta que prefiere “mil veces” una iglesia accidentada que una iglesia enferma.
Francisco dijo que “una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro”.
“Es verdad -añadió- también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente”.
El Santo Padre agregó que “la enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autoreferencialidad; mirarse a sí misma, estar encorvada sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar la dulce y confortante alegría de evangelizar”.
Sobre todo -aseguró- “les pido que tengan una especial preocupación por crecer en la misión continental en sus dos aspectos: misión programática y misión paradigmática. Que toda la pastoral sea en clave misionera”.
Y les exhortó para que “el Señor nos libre de maquillar nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad, del dinero y del clericalismo de mercado”.