El decoro se quedó en casa: Debate por matrimonio gay en Parlamento francés terminó a golpes

La Asamblea Nacional francesa votará el próximo martes la adopción del proyecto de ley para autorizar el matrimonio homosexual en Francia tras concluir hoy el debate parlamentario con una pequeña trifulca entre varios diputados en el hemiciclo e incidentes de manifestantes en la calle.

En un acalorado y largo debate, que se prolongó durante toda la noche hasta las 7.35 de la mañana en París, algunos diputados protagonizaron un forcejeo en el hemiciclo, incidente que será objeto de “sanciones”, según anunció el presidente de la cámara baja, Claude Bartolone.

Hacia la una de la madrugada, varios diputados de la conservadora UMP se acercaron a los escaños que ocupan los miembros del Gobierno para increparles, después de que un asesor de la ministra de Justicia, Christiane Taubira, les hubiera lanzado “sonrisas burlonas”, dijeron.

Varios ujieres y el ministro encargado de las Relaciones con el Parlamento, Alain Vidalies, se interpusieron para evitar que la riña llegara a las manos, aunque el diputado socialista Bernard Roman declaró después que sí que “se lanzaron puñetazos”.

“Hace treinta años que ocupo un escaño en este hemiciclo y nunca había visto algo así”, lamentó Vidalies.

Entre los parlamentarios más soliviantados, según las imágenes del incidente difundidas por televisión, estaba el conservador Yves Albarello, quien negó después haber recurrido a la violencia física y publicó en una red social una fotografía de sus gafas rotas.

“Nada justifica ese comportamiento”, subrayó el presidente de la Asamblea Nacional, una conducta que el presidente de la comisión de Leyes, el socialista Jean-Jacques Urvoas, calificó como dignas “del Parlamento ruso”.

Aparentemente, el altercado surgió a partir del malestar de los los diputados de la UMP sobre el comportamiento de la policía con los manifestantes agrupados a las puertas de la cámara.

Mientras sus señorías finalizaban el segundo y definitivo examen del proyecto de ley, una semana después de que el Senado diera luz verde al texto, en las proximidades de la Asamblea Nacional entre 2.900 y 6.000 detractores del matrimonio homosexual -según la policía y los organizadores, respectivamente- protagonizaron incidentes, en línea con el recrudecimiento de la protesta callejera en los últimos días.

La policía detuvo a más de 50 personas por los altercados en los que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, lanzaron botellas contra los antidisturbios, a quienes comparaban con la policía de la Alemania nazi mientras coreaban cánticos contra el Gobierno y contra el presidente de Francia, François Hollande.

Según algunos de los testigos, entre quienes radicalizaron la protesta había miembros de grupúsculos de extrema derecha, como ha ocurrido en otras protestas recientes.

Además de en París, en los últimos días se habían registrado enfrentamientos violentos entre manifestantes y policía en otras localidades, como Nantes, Lille o Burdeos.

El ministro del Interior, el barcelonés Manuel Valls, confesó ayer que le preocupa “el clima homófobo” que se ha creado pero advirtió de que esos incidentes no podrán impedir que se vote el texto.

En los últimos días se han registrado acosos a ministros en sus domicilios y agresiones contra homosexuales o periodistas favorables al cambio legislativo que, salvo sorpresa mayor, aprobará el próximo día 23 la mayoría de izquierdas de la Asamblea Nacional de forma que Francia se convertirá en el decimotercer país en legalizar el matrimonio homosexual, después de que Nueva Zelanda lo hiciera esta misma semana.

Por su parte, la oposición conservadora de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) ha anunciado que presentarán un recurso ante el Consejo Constitucional.

Además, el partido del expresidente Nicolas Sarkozy convocará un referéndum sobre la unión de personas del mismo sexo si gana las elecciones de 2017.