España se ofrece como mediador en la crisis política entre Maduro y Capriles
El ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel García-Margallo, presenta a su país en la OEA como bisagra entre América y Europa, pero agregó que es el gobierno venezolano el que debe determinar si quiere que España interceda en la crisis política del país.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, José Manuel García-Margallo, aseguró que España está dispuesta a aproximar las posturas entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el líder de la oposición, Henrique Capriles, y ayudar a rebajar la tensión política en un país muy dividido tras las elecciones del pasado 14 de abril, cuyo resultado no ha sido reconocido por Estados Unidos o la Unión Europea.
En su primera jornada en Washington, donde se ha presentado ante los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), el jefe de la Diplomacia española ha pedido un cambio de la actual deriva económica de la Unión Europea y ha presentado a su país como una bisagra entre América Latina y Europa.
“Estaremos absolutamente encantados de hacer algo, lo que se nos pida, para garantizar una Venezuela en paz, prosperidad y estable”, subrayó Margallo en un encuentro con los medios de comunicación. El ministro español dejó claro, no obstante, que es el gobierno venezolano el que debe determinar si quiere que España interceda en la crisis política del país. “Venezuela es un país soberano y es quien debe tomar la decisión de solicitar esa ayuda, pero nosotros estamos interesados en el futuro de Venezuela, como Venezuela está interesado en el de España”, dijo.
La reacción de Margallo tras conocerse los resultados oficiales de las elecciones de Venezuela, provocó una crisis diplomática entre ambos países. El ministro solicitó, en un primer momento, un recuento de votos, añadiendo que “tomaba nota” de que el Consejo Electoral Nacional había proclamado vencedor a Maduro y que Capriles había pedido una revisión de las papeletas. Finalmente, el desencuentro se zanjó con el reconocimiento oficial por parte de España de la victoria del heredero político de Hugo Chávez.
Como España, la mayoría de los países de la región han aceptado el resultado electoral proclamado por el Consejo Electoral Nacional de Venezuela, sin esperar al recuento de votos que reclama el candidato opositor.
EE.UU en tanto, indicó que no reconocerá a ningún vencedor de las elecciones presidenciales venezolanas hasta que no se efectúe la revisión “creíble” de las urnas que permita garantizar de “transparencia” a un proceso que Capriles ha cuestionado. El Gobierno de Maduro se resiste a la auditoría de las papeletas en las condiciones y extensión que propone la oposición.
En su discurso ante los Estados miembros de la OEA, Margallo reconoció la pujanza política y económica de América Latina. “La antigua relación asimétrica ahora es de simetría. Ahora es Europa la que tiene problemas económicos y ya no es tan estable políticamente, como algunos recientes resultados electorales demuestran”, indicó.
El ministro ha sido muy crítico con el actual modelo económico de la Unión Europea, al que ha calificado de “cicatero”. “La única área del mundo que está en recesión es la Eurozona, por lo tanto algo habrá que hacer. Europa deberá cambiar de rumbo si no quiere perder el pulso en la economía mundial”, puntualizó el ministro.