Búlgaros protestan tras triunfo del conservadurismo en el país y acusan fraude electoral
Un centenar de ciudadanos se ha concentrado en el centro de Sofía para protestar contra la victoria de los conservadores del exprimer ministro Boiko Borisov, que consideran fraudulenta, según medios locales.
El exjefe del ejecutivo que dimitió en febrero acosado por las manifestaciones contra la corrupción y el bajo nivel de vida se perfila como el vencedor de las legislativas búlgaras celebradas hoy, según todos los sondeos a pie de urna.
La formación conservadora Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) ha sumado alrededor del 30 por ciento de los votos, entre tres y seis puntos por delante del Partido Socialista, de acuerdo con los sondeos.
La mayoría de los manifestantes, según muestra la cadena bTV, se han unido cerca del Palacio Nacional de la Cultura de Sofía, donde pronto se esperan las ruedas de prensa de los partidos participantes en las elecciones, tras el fin de la jornada electoral.
Los concentrados tildan las elecciones de ilegítimas y portan carteles contra la formación conservadora, como “GERB OVER“, y “Ellos sepultaron Bulgaria“.
Según otras imágenes de la televisión News 7, decenas de manifestantes han bloqueado el tráfico en una de las principales avenidas en la capital búlgara.
Una de las principales causas que aducen para criticar la victoria conservadora es que la fiscalía búlgara incautase ayer 350.000 papeletas fraudulentas en un almacén propiedad de un concejal del GERB.
La apatía de los votantes y su desilusión con la clase política ha marcado una campaña que también se ha visto ensombrecida por un escándalo de escuchas ilegales y las acusaciones de fraude.
De cumplirse las proyecciones de los sondeos, los conservadores no contarán con una mayoría de Gobierno, lo que abriría una difícil negociación para una coalición dadas las diferencias entre todas formaciones con representación parlamentaria.
Borisov abandonó el poder después de la oleada de protestas que sacudieron el país entre enero y febrero por el malestar ante el bajo nivel de vida, el alto coste de la energía en pleno invierno y la corrupción política.
Algunos analistas han visto en esa dimisión una astuta maniobra para acortar la legislatura, que acababa en cinco meses, y no sufrir cinco meses adicionales de desgaste por las protestas en la calle.
En el país más pobre de la Unión Europea, el 22 % de sus 7,3 millones de habitantes vive con el salario mínimo de 155 euros, mientras que casi la mitad de la población -un 49 %- corre el riesgo de caer en la pobreza.