Rousseff pide convocar a plebiscito para reforma política y fija plazo de tres meses para su aprobación
Rousseff ha propuesto para el plebiscito cinco grandes puntos que deberán ser debatidos por el Congreso a fin de redactar las preguntas que serían hechas a la sociedad, eso siempre y cuando el Legislativo decida convocar la consulta.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, solicitó hoy al Congreso que convoque a un plebiscito para la reforma política que exigen los “indignados”, la cual desea que sea aprobada en tres meses y tenga validez en las elecciones de 2014, pese a que en las Cámaras no hay consenso sobre el asunto.
“En las últimas semanas, millones de brasileños salieron a las calles para reivindicar mejores servicios públicos en el transporte, la salud y la educación, el combate a la corrupción y cambios en el sistema de representación política”, dice el mensaje dirigido por la jefa de Estado al Parlamento.
La solicitud fue entregada por el vicepresidente Michel Temer, y el ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, un día después de que la propia Rousseff, tras una reunión con su gabinete, expresó el deseo de que “toda esa energía que viene de las manifestaciones tenga algún efecto sobre las elecciones” del año próximo.
La Constitución brasileña reserva al Parlamento la convocatoria de un plebiscito así como la definición de su forma y contenido.
Además, dice que toda alteración de una norma electoral debe ser aprobada por las Cámaras un año antes de los comicios, por lo que la reforma política sólo valdría en las elecciones de octubre de 2014 si es sancionada por el Parlamento en los próximos tres meses.
Para lograr ese objetivo el tiempo apremia, pues la justicia electoral dijo hoy que, para organizar la consulta, necesitará un plazo de 70 días a partir del momento en que sea convocada.
Rousseff ha propuesto para el plebiscito cinco grandes puntos que deberán ser debatidos por el Congreso a fin de redactar las preguntas que serían hechas a la sociedad, eso siempre y cuando el Legislativo decida convocar la consulta.
Según la mandataria, se deberían abordar la financiación de campañas, el sistema electoral, las suplencias de parlamentarios, las coaliciones partidarias y el voto secreto en las Cámaras.
Sobre el primer punto, ha sugerido consultar a la sociedad sobre si la financiación de los partidos y sus campañas debe ser solamente pública, privada o, como ocurre actualmente, mixta.
En relación al sistema electoral, la consulta sería sobre si se debe mantener o no el actual régimen de representación proporcional en las Cámaras, mediante el cual los escaños se distribuyen en función de los votos recibidos por cada partido político.
La tercera propuesta apunta a que se pregunte a los electores si se deben mantener los suplentes de diputados y senadores, que sólo asumen sus escaños en los casos en que el titular renuncia, se toma una licencia, es destituido o fallece.
Rousseff también ha sugerido que en el plebiscito se plantee una nueva reglamentación de las coaliciones partidarias y se pregunte si se debe eliminar el voto secreto en las decisiones parlamentarias.
En el Congreso, los partidos están divididos sobre la necesidad de convocar un plebiscito para una reforma política que se debate en las Cámaras desde hace unos quince años, sin ningún avance.
La minoritaria oposición ya declaró que rechaza el plebiscito y llegó a tildarlo de “populista”.
El senador Aecio Neves, casi seguro candidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para 2014, dijo que el plebiscito no sería más que una “maniobra para distraer” a la sociedad y “ocultar la incapacidad del Gobierno” para dar respuesta a las demandas de las manifestaciones por “un país mejor”.
Los partidos de la mayoritaria base oficialista, por su parte, se debaten entre acelerar el trámite, como desea Rousseff, o aalargar el proceso para que la reforma solo valga en las elecciones de 2018.
El jefe del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro derecha) en la Cámara baja, Eduardo Cunha, ha adelantado que no se opondría a un plebiscito, pero sí a que se pretenda que la reforma política se apruebe antes de octubre, pues “no habrá tiempo suficiente para el trámite y el debate”.
El presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, también del PMDB, dijo que acogerá la propuesta de Rousseff, pero no dio garantías de que será aprobada.
“No sé si ese plebiscito va a avanzar. Dependerá de una discusión que comenzará en la cámara, en la que será escuchado cada uno de los partidos”, declaró Alves.