Congreso de EEUU agota sus alternativas al filo de alcanzar el límite de deuda
El Senado retomó las negociaciones para generar un acuerdo que sea aprobado por el Congreso y evitar así que el país entre a cesación de pagos, plazo que se cumplirá este jueves.
El Senado retomó hoy las negociaciones, ante el bloqueo en la Cámara de Representantes, para presentar un plan que pueda ser aprobado por el Congreso y evite alcanzar en menos de 24 horas el límite en el que el Tesoro considera que no podrá garantizar el pago de sus obligaciones.
El Senado, bajo control demócrata, inició deliberaciones para poder presentar lo antes posible un plan bipartidista que permita elevar el techo de deuda y poner fin al cierre de la Administración Pública.
El cambio de estrategia se da después de que los republicanos que dominan la Cámara de Representantes suspendieran anoche su debate interno, incapaces de conseguir una propuesta común con el apoyo mayoritario de sus miembros.
El Departamento del Tesoro ha asegurado que desde el jueves el dinero de las arcas públicas podría no ser suficiente para pagar sus obligaciones, entre ellas el abono de intereses de su deuda, algo que preocupa a los mercados internacionales.
Estados Unidos se enfrenta a una tormenta perfecta por las diferencias entre demócratas y republicanos, con una Cámara de Representantes bloqueada por congresistas vinculados al “Tea Party” (ultraconservadores) y un Senado que avanza lentamente y podría no tener listo un acuerdo a tiempo para que sea ratificado por el presidente Barack Obama.
El líder de la mayoría demócrata de la Cámara Alta, Harry Reid, y el de la minoría republicana, Mitch McConnell, han mostrado “optimismo” sobre la posibilidad de un acuerdo para hoy.
Si senadores opuestos a la reforma sanitaria y los planes fiscales de Obama, como el representante del “Tea Party” Ted Cruz, deciden bloquear el procedimiento legislativo no habría tiempo para un pacto antes de esta medianoche.
Por el momento, el Senado baraja una propuesta para elevar el techo de endeudamiento de Estados Unidos hasta mediados de febrero, mientras que desbloquearía el presupuesto federal para reabrir la administración hasta el 15 de enero, dando tiempo a que el Congreso inicie un debate sobre el gasto y reducción del déficit.
Una vez alcanzado un acuerdo en el Senado, la presión estaría en el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien estaría ante la difícil decisión de permitir el voto en el pleno pese a que la mayoría republicana se oponga.
Si todos los congresistas demócratas y, como se espera, algunos republicanos apoyan el plan del Senado en la Cámara de Representantes para acabar con la parálisis de manera temporal se podría alcanzar un apoyo suficiente, algo que sería un gran varapalo para Boehner, por no haber conseguido consenso ni en su propia bancada.