Papa Francisco: "No me ofende si me tratan de marxista"
"La ideología marxista está equivocada, pero en mi vida he conocido a muchos marxistas buenas personas, por eso no me siento ofendido", reconoce el obispo de Roma.
El papa Francisco asegura que no es marxista, aunque dice que no se siente ofendido cuando se lo llaman, en una entrevista publicada hoy por el diario italiano “La Stampa” en la que muestra su preocupación por “la tragedia del hambre en el mundo”.
“La ideología marxista está equivocada, pero en mi vida he conocido a muchos marxistas buenas personas, por eso no me siento ofendido”, reconoce el obispo de Roma.
Se trata de una entrevista centrada en la Navidad, la primera del argentino Jorge Bergoglio como papa, en la que reflexiona también sobre asuntos como el hambre en el mundo, la infancia, el diálogo con otras religiones, el futuro de la iglesia o la economía.
Francisco refirma que la mujer en la Iglesia tiene que ser “valorada, no clericalizada” y mantiene que la reforma del Ior, el banco vaticano, “va por el camino justo”, apoyándose en los últimos informes positivos del Moneyval, el mecanismo de control financiero del Consejo de Europa.
Pero para el papa, la mayor preocupación es “la tragedia del hambre en el mundo” que, en su opinión, tiene solución con la cooperación de todos, por lo que exhorta a “dar de comer a los hambrientos”.
En este sentido, Francisco asegura que con los alimentos desperdiciados cada día se podría dar de comer a muchísimas personas y hacer que los niños que lloran de hambre dejen de hacerlo.
“El otro día, en la audiencia del miércoles, había una madre joven con su niño de pocos meses. Cuando pasé a su lado el niño estaba llorando. Yo la dije que creía que el pequeño tenía hambre y ella me respondió que sí. Yo entonces la repliqué: ¡pues amamántalo, por favor!”, recordó el papa.
El pontífice explica que esta anécdota es un ejemplo de lo que le gustaría decir a la Humanidad: “¡Dad de comer a los hambrientos”.
“En el mundo tenemos suficiente comida para acabar con el hambre. Si trabajamos con la asociaciones humanitarias y nos ponemos de acuerdo en no desperdiciar comida, haciéndole llegar comida quien la necesita, habremos contribuido a resolver la tragedia del hambre en el mundo”, propone durante la entrevista.
Además, el obispo de Roma vuelve a hablar de la economía, que tanto ha criticado durante estos primeros meses de pontificado y que, a su juicio, “mata”.
“Cuando hablo de economía no hablo desde el punto de vista técnico. Había la promesa de que cuando el vaso rebosara los pobres se favorecerían, pero sucede a menudo que cuando el vaso está lleno, de pronto se hace grande y su contenido nunca llega a los más necesitados”, critica.