Negativos de viaje a la Antártica en 1912 no serán subastados y permanecerán en el Reino Unido
Se trata de una colección de 113 negativos descubiertos en 2012 sobre la famosa expedición Terra Nova, liderada por Robert Falcon Scott y cuatro compañeros que, tras llegar un mes más tarde que el noruego Roald Amundsen al extremo más austral del planeta, murieron en el camino de regreso.
Los negativos de las fotos tomadas en 1912 por el capitán Scott durante su viaje a la Antártica no saldrán a subasta y permanecerán en el Reino Unido, tras una exitosa campaña liderada por el veterano explorador Ranulph Fiennes.
La subasta de esos 113 negativos, pertenecientes a una colección privada, fue cancelada hoy tras anunciarse una donación de 234.000 libras (385.000 dólares) por parte de la fundación del Patrimonio Nacional (NHMF, siglas en inglés).
Gracias a ello, el Museo Polar de la Universidad de Cambridge (sur de Inglaterra) pudo reunir finalmente las 275.000 libras (459.000 dólares) que necesitaba para quedarse con las fotos en su colección.
La campaña de recolección de fondos había sido apoyada, entre otros, por el británico Ranulph Fiennes, de 70 años.
“Los negativos de Scott son de una importancia excepcional para la herencia cultural del Reino Unido y la oportunidad de mantener la colección intacta, y en el país no puede perderse”, había señalado el famoso explorador.
Se trata de una colección de 113 negativos descubiertos en 2012 sobre la famosa expedición Terra Nova, liderada por Robert Falcon Scott y cuatro compañeros que, tras llegar un mes más tarde que el noruego Roald Amundsen al extremo más austral del planeta, murieron en el camino de regreso.
Jeny Abransky, presidenta de NHMF, declaró hoy que los negativos registran “el día a día en el Antártico”, pero también “las habilidades fotográficas” de Scott.
El fracaso de la aventura del héroe inglés dejó en segundo plano los grandes avances científicos que el viaje significó en campos como la zoología, la geología o la meteorología aunque representa un excepcional registro visual.
El Museo Polar de Cambridge se comprometió a proteger esos negativos y a digitalizarlos, en busca de la mayor audiencia.