América Latina: el barrio en elecciones

En América del Sur y Central la vorágine electoral ha copado de manera significativa el debate político y social durante el año 2014. Ya se renovaron las autoridades de gobierno en Colombia y en Centroamérica se llevaron a cabo elecciones en Costa Rica, El Salvador y Panamá. En Colombia resultó reelecto en segunda vuelta el presidente Juan Manuel Santos, de la Coalición Unidad Nacional de centro derecha. Con el 50,9% de los votos, Santos venció a Iván Zuloaga, del Centro Democrático, apoyado por las fuerzas políticas más conservadoras y por el ex presidente Álvaro Uribe, quien obtuvo el 44,9% de la votación. En Costa Rica se impone sorpresivamente Luis Guillermo Solís con el 77,9% de la votación en segunda vuelta, candidato del Partido de Acción Ciudadana (PAC), el cual se define como partido de ideología socialdemócrata y progresista y proviene de una escisión del Partido de Liberación Nacional (PLN). En El Salvador, el candidato del Frente Farabundo Martí Para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, se impone por una mínima diferencia (50, 11%) al candidato Norman Quijano, del Partido de derecha, ARENA, que logra el 49,89%. En Panamá, a su vez, en las elecciones generales del 4 de mayo, el candidato del Partido Panameñista Juan Carlos Varela logra la presidencia del país con el 39,1% de la votación derrotando a los candidatos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Juan Carlos Navarro y al candidato de Cambio Democrático, José Domingo Arias.

Por su parte, en el Cono Sur se avecinan tres escenarios electorales presidenciales de gran significado para el progresismo de la región en el mes de octubre. En las elecciones presidenciales y legislativas de Brasil, cuya primera vuelta tendrá lugar el 5 de octubre, la presidenta Dilma Roussef se postula a la reelección y se espera que el Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados logren un cuarto mandato presidencial. Sin embargo, la irrupción de la Marina Silva, ambientalista, evangélica, ex Senadora del PT y ex ministra de Medio Ambiente del primer gobierno de Inácio Lula da Silva ha provocado una imprevisible competencia con Dilma Roussef, al reemplazar al candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, quien falleció trágicamente en un accidente aéreo en agosto pasado. Tras una primera etapa de viento a favor para Marina que marginó a un discreto tercer puesto al candidato Aécio Neves, del PSDB, las encuestas –con algunos vaivenes- indicarían una estrecha victoria para la actual presidenta en primera vuelta. El PT junto a Lula -que ha puesto todo su capital político en juego-, se han volcado a las calles para asegurar del triunfo de Dilma en primera y segunda vuelta. Esta contienda electoral y la victoria de la candidata del PT son de vital importancia para las fuerzas progresistas y de la izquierda latinoamericana, más allá de las expresiones de descontento social y político que haya manifestado la sociedad brasileña en los últimos tiempos. Las dificultades enfrentadas bajo el mandato de la presidenta Rouseff exigirá replantearse un nuevo horizonte programático para renovar el apoyo ciudadano en esa nación.

En Bolivia, el 12 de octubre se pone en juego la reelección del presidente Evo Morales. El país ha sorprendido a nivel latinoamericano por su crecimiento económico de 6.8% en 2013 y prevé un crecimiento mayor para este año. Este escenario descrito es considerado por los especialistas como el mejor en la historia del país vecino, no obstante, se manifiestan con fuerza las confrontaciones entre diversos sectores sociales y la presión de los representantes de intereses económicos contrarios a la gestión gubernamental del MAS y del presidente Morales. Pese a ello, no cabe duda de que los dos gobiernos de Evo han logrado una estabilidad política y republicana inusual y largamente anhelada, sin embargo, no se puede pasar por alto la existencia de un descontento social y político subterráneo. Con todo, se prevé un triunfo en primera vuelta del presidente Morales el próximo 12 de octubre, los opositores Samuel Doria Medina de Unidad Democrática y el ex presidente, Jorge Quiroga del Partido Demócrata Cristiano no lograrían poner en cuestión la victoria de Morales.

Pocos días después, el 26 de octubre el ex presidente de Uruguay Tabaré Vásquez buscará conseguir un tercer mandato para la coalición del Frente Amplio con el objetivo de profundizar las reformas económicas, sociales, laborales y culturales del gobierno de José Mujica. Sin embargo, encuestas recientes indicarían que crece la intención de votos de los contendores del Frente Amplio, el Partido Nacionalista y su candidato Luis Lacalle y el representante del Partido Colorado, Pedro Bordaberry. En particular el crecimiento del candidato Lacalle estaría sembrando dosis de incertidumbre entre quienes apostaban a una segura victoria del Frente Amplio.

En estos tres países la permanencia en el gobierno de las fuerzas progresistas supera la década y se percibe cierta fatiga programática respecto de las propuestas con las que estos sectores llegaron a gobernar. Ya no se trata única y exclusivamente de resolver la pobreza o las inequidades sociales: las sociedades se han vuelto más complejas y difíciles de interpretar. En este sentido, la oferta programática necesariamente tiene que tener en cuenta las nuevas reivindicaciones de actores sociales diversos y ofrecer respuestas al malestar de las capas medias y de actores sociales que están dispuestos a exigir con vehemencia sus derechos que, en esta fase societal, son de la más variada índole y no responden a probados recetarios.