Primer ministro israelí ordena demoler viviendas de los palestinos atacantes de la sinagoga
La decisión se conoció esta tarde al término de una reunión del gabinete de seguridad israelí en la que el primer ministro resolvió destruir las viviendas de los autores del ataque, además de avanzar medidas para demoler los domicilios de otros anteriores atacantes, informa su oficina en un comunicado.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó demoler las viviendas de los dos palestinos que perpetraron hoy el atentado que se cobró las vidas de cuatro personas en una sinagoga de Jerusalén Oeste.
La decisión se conoció esta tarde al término de una reunión del gabinete de seguridad israelí en la que el primer ministro resolvió destruir las viviendas de los autores del ataque, además de avanzar medidas para demoler los domicilios de otros anteriores atacantes, informa su oficina en un comunicado.
Netanyahu tiene previsto comparecer ante la prensa a las 19:30 (16:30 GMT).
Los dos supuestos autores del atentado fueron abatidos en el lugar de los hechos por agentes del orden, y eran dos primos vecinos de la población palestina de Jabal Mukaber, en Jerusalén Este.
Los autores, pertrechados con cuchillos, hachas y armas de fuego, atacaron a los feligreses que participaban en un rezo matutino en la sinagoga del barrio de Har Nof, en Jerusalén Oeste, suceso que dejó otros varios heridos de diversa consideración.
Tras el ataque, condenado por numerosos líderes mundiales, incluido el presidente palestino, Mahmud Abás, fuerzas de seguridad israelíes se personaron en la vivienda de los supuestos atacantes e interrogaron a una decena de sus familiares.
El ministro de Seguridad Interior israelí, Itzhak Aharonovich, adoptó una serie de medidas en respuesta al ataque de hoy, el más sangriento registrado en Jerusalén desde 2008.
Efe tuvo acceso a las medidas adoptadas por el ministro, entre las que figuran el levantamiento de puestos de control en Jerusalén para que se compruebe y registre de forma meticulosa a todo vecino procedente de barrios o aldeas árabes de la parte oriental.
Además, destaca el alistamiento de cuatro unidades adicionales de la Policía de Fronteras en la urbe, y el refuerzo de la seguridad con la inclusión en esa tarea de voluntarios de todo el país.
Otra de las medidas dadas a conocer es el entierro de los dos supuestos autores de los hechos fuera de la ciudad y la recomendación de promover el derribo de sus viviendas de manera inminente.
Por último, se sugirió estudiar la posibilidad de aplicar “órdenes administrativas”, sin precisar detalles sobre las mismas.
Cierra la lista la posibilidad de dar mayores facilidades para que los habitantes de la urbe puedan portar armas.
