¿Es la cerveza la real culpable de la "barriga cervecera"?
No hay nada específico de la cerveza que produzca gordura abdominal, dicen los entendidos.
Con temperaturas como las que se vienen sintiendo desde hace meses en Santiago, ¿cómo no disfrutar una buena cerveza heladita? Ya sea la tradicional “pilsen” o las cada vez más frecuentes variedades artesanales, una “chelita” viene bien siempre, aunque luego deje una visible secuela: la panza cervecera.
Aunque algunos luzcan su “ponchera” con orgullo, como una especie de insignia de buen bebedor, lo cierto es que recientes estudios afirman que no hay nada específico de la cerveza que produzca gordura abdominal.
Lo que ocurre, dice BBC Mundo, es que cuando bebemos en exceso le damos mucho trabajo extra al hígado, que debe concentrarse en quemar el alcohol, o sea, eliminar sus toxinas.
Eso significa que debe dejar pasar las calorías de las otras cosas que puedas estar ingiriendo, como la grasa de cacahuetes, papas fritas y otros picoteos típicos para acompañar la cerveza.
Ya que un vaso grande de cerveza tiene alrededor de 150 calorías, varios de ellos, combinados con una dieta rica en grasas y carbohidratos, nos darán como resultado una “bien ganada” barriga cervecera.
¿Por qué ese peso de más tiende a concentrarse en la zona abdominal? Eso está relacionado con otros dos factores, la edad y el género. Después de los 35 años el metabolismo se hace más lento y se dificulta quemar todas esas calorías. En los hombres, ese peso extra se concentra alrededor de la cintura, mientras que en las mujeres se acumula en las caderas, los muslos y el trasero.