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29 de Marzo de 2015

Filtran últimas palabras del piloto de Germanwings: "¡Abre la maldita puerta!"

El periódico Bild publica un texto que, asegura, es una transcripción de lo grabado en una de las cajas negras del vuelo

Por Redacción
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Un medio alemán publicó hoy lo que probablemente sean las últimas palabras del piloto del avión de Germanwings siniestrado en los Alpes franceses, en un último y desesperado intento de evitar el desastre.

El registro, que según la edición dominical del periódico Bild es una transcripción de los sonidos grabados en una de las ‘cajas negras’ recuperadas del vuelo 9525 y publicado por  respaldan la teoría de que el copiloto cerró la cabina con llave antes de estrellar el avión.

“¡Por el amor de Dios, abre la puerta!”, gritó el capitán Patrick Sondenheimer mientras golpeaba la compuerta de la cabina de pilotaje. Trece minutos después, el avión se estrelló, consigna CNN en Español, medio que subraya que “no pudo confirmar la información de manera independiente”, ya que el audio de la grabación no se ha hecho público.

Según la transcipción de Bild, tras alcanzar la altitud adecuada de vuelo, Sondenheimer pidió a Lubitz preparar la estabilización, ya que no había podido ir al baño en Barcelona y quería hacerlo en ese momento.

Una vez terminado el proceso, Lubitz dijo al capitán que “podía ir (al baño) en cualquier momento”.

Vista aérea del lugar donde se estrelló el vuelo 9525 de Germanwings

Se escuchó el sonido de un asiento recorriéndose y al piloto diciendo a su compañero que “te puedes hacer cargo”. A las 10:29 horas locales, el radar de tráfico aéreo detectó que el avión comenzaba a descender y tres minutos después, los controladores intentaron contactar con el avión, sin recibir respuesta. Poco después, la alarma se apagó, anunciando el “rango de hundimiento”.

La grabación muestra, a continuación el golpeteo de la puerta. Sondenheimer le rogó a Lubitz que lo dejara entrar. Los pasajeros comienzan a gritar.

Luego de tres minutos, un sonido metálico se escuchó a 7.000 metros de altura (probablemente, golpes de hacha, según lo ya conocido en el caso) Otro minuto y medio después, la alarma indicó que habían descendido otros 2,000 metros y necesitaban retomar altitud.

“¡Abre la maldita puerta!”, gritó el piloto. A las 10:38 horas, el avión se encontraba a 4,000 metros. La respiración de Lubitz todavía se escuchaba en la grabadora, de acuerdo con lo informado por Bild. Dos minutos después, el avión se estrella. Lo último que registra la caja negra serían los gritos de los pasajeros.

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