Estas son las razones por las que nos contagiamos los bostezos
La ciencia se ha encargado de investigar un fenómeno del cual tampoco son ajenos los animales.
¿Por qué bostezamos? Habrían tres explicaciones que justificarían el origen del bostezo. La primera estaría relacionada con la eliminación de óxigeno, de esta manera se eliminaría aire nocivo acumulado.
El segundo motivo sería la mantención de los niveles de alerta, ya que el bostezo permite mantenerte despierto cuando se requiere. Y por último, la regulación de la temperatura del cuerpo.
Contagio
Es casi un acto reflejo, vemos a alguien bostezar y bostezamos, esto tendría una explicación según la revista PLOS, donde se publicó un estudio que sugiere dos hipótesis.
Según señala El País, en la investigación se destaca que imitar un bostezo no es algo que solo le ocurre a las personas, está comprobado que muchos animales también lo hacen. al mismo tiempo que hay personas que no repiten un bostezo cuando lo ven.
Se estima que el 60% de las personas son propensas a repetir un bostezo, mientras que hay animales como los chimpancés, perros, y los lobos que simplemente no pueden evitar hacerlo cuando ven a otro.
Primera teoría
La primera hipótesis tiene sus bases en la comunicación y sincronización. Según profesor de psicología de la Universidad de California, Matthew Campbell que “una posibilidad es que en las especies sociales que coordinan sus niveles de actividad, copiar los bostezos puede ayudar a sincronizar el grupo”.
Segunda teoría
Esta apunta directamente a una nueva connotación del término “empatía”. Para Campbell, con esto se lograría de mejor manera el objetivo de ponerse en el lugar del otro, para de esta manera sentir lo mismo que los demás algo que ayudaría a una mejor sociabilización.
“Al contagiarse el bostezo se activan circuitos cerebrales propios de la empatía (incluidas las famosas neuronas espejo, que actúan como un reflejo interno de los movimientos que se observan en los demás)” afirma el profesor, quien agrega que las personas que son más susceptibles a bostezar son mucho más empáticas.
El estudio llegó a otros resultados adicionales, donde se descubrió que si la persona que bostezaba era un familiar, había muchas más posibilidades de imitar este gesto.
Además se trata de un acción que se reduce con la edad, “Cuanto mayores nos hacemos, menos nos contagiamos”, descubrieron los científicos.