La macabra historia del hombre que contrató a un sicario y por error mató a otra persona
Lo que parecía un crimen perfecto terminó de la peor forma. Con la víctima equivocada y los tres involucrados en el crimen detenidos.
Todo comenzó cuando Eduardo Ros, un comerciante de 62 años, compró un inmueble a un inversionista, Carlos Lujan Sosa de 59 años. Sin embargo, este último tenía otros plane, y demoró las escritura de la casa, todo con la intensión de quedarse con la propiedad y el dinero.
Para ello, asesinaría al comprador con un “sicario”, llamado Diego “Coco” López, de 23 años, pero todo terminó mal.
López llegaría el 14 de mayo hasta la entrada de la casa de Ros, donde esperó pacientemente entre la oscuridad hasta abordar al comerciante quien llegaba junto a su esposa Griselda Fuentes Cabal, de 31 años. Fue en ese momento cuando el criminal apareció para disparar en tres ocasiones contra la pareja.
Ros terminó con una bala cerca del ojo y otra en la oreja. Sin embargo, su mujer sacó la peor parte y recibió una bala en la nuca, muriendo inmediatamente.
Al ver a ambos en el suelo, el asesino creyó haber cumplido su objetivo y se dio a la fuga. Pero su huida quedaría en nada cuando fue detenido minutos después, mientras avanzaban en un vehículo con las luces apagadas y la patente tapada con plástico.
La policía al revisar el auto encontró bolsas de papas, las que fueron utilizadas como silenciadores durante el ataque, al igual que otro silenciador artesanal, que al parecer no fue utilizado.
Mientras tanto, el conductor del automóvil, llamado Gastón Soria, confesó todo al momento de ser detenido, afirmando que había sido contratado por López quien a su vez fue contratado por Sosa, para asesinar a Ros.
La versión fue confirmada en el tribunal con una serie de mensajes de textos entre los acusados. Finalmente López y Soria fueron condenados a cadena perpetua.