Monjas estadounidenses luchan contra ley que les prohíbe cultivar marihuana
Las hermanas del Valle se dedican al cultivo de cannabis. Así, tal cual. Su preocupación es no poder sanar a más gente.
La marihuana que cultivan la utilizan para crear aceite, cremas para el cuerpo y suplementos para aliviar el dolor. Estos productos contienen muy poco o casi nada de THC, el químico de la hoja que produce los efectos alucinógenos. La hermana Kate, de 56 años, encabeza la operación en su casa ubicada en Merced, California.
Por desgracia, la ciudad quiere detenerlas. A principios de enero, un grupo de legisladores del sector interpuso una ordenanza que podría prohibir la venta y cultivo de marihuana medicinal, ley que podría hundir el negocio de la hermana Kate. Las Hermanas del Valle, en todo caso, no se darán por vencidas. Para contrarrestar la medida, hicieron circular una petición para que no se apruebe la ordenanza.
En la petición, la hermana Kate expresa: “estamos generando ganancias desde fuera de nuestro condado hacia el interior. Pagamos impuestos, y hay muchos como nosotras que trabajan en la cadena para proveer a los hijos de la Madre Tierra con la medicina más óptima que de ahí mismo emerge”.
Las religiosas dicen estar en el mercado del alivio del dolor. Gran cantidad de estudios revelan que el canabidol posee, de hecho, efectos terapéuticos para aquellos que sufren de afecciones como cáncer, ansiedad, psicosis crónica, entre otras. Para las monjas, que venden sus productos en un portal en Internet, el proceso de sembrar y cultivar la marihuana para luego utilizarla en gente con un dolor particular es una experiencia espiritual.
“No pasamos tiempo orando, pero cuando hacemos nuestra medicina estamos en un ambiente de plegaria”, explica la hermana Kate.