Cárceles de lujo: así es el interior de una prisión de máxima seguridad noruega
Distinto a lo que ocurre en los recintos en nuestro país, la alternativa nórdica ofrece opciones de rehabilitación.
Es muy posible que Anders Behring Breivik, acusado de haber cometido 22 crímenes y un ataque explosivo, sea recluido en Halden, una prisión de máxima seguridad que tiene por objetivo la rehabilitación de criminales en instalaciones cómodas y modernas.
El arte en el encierro
Movidos por la idea de reducir la carga psicológica del encarcelamiento, quienes diseñaron el complejo penitenciario invirtieron un millón de dólares en cuadros fotografías e iluminación. De acuerdo con uno de los panfletos informativos del lugar, el mural – realizado por el artista graffitero Dolk – “le da un toque de humor a un lugar controlado”. Quienes trabajan allí esperan que este tipo de estímulos entreguen a los internos una sensación de ser tomados en serio.
Instalaciones cómodas
La sentencia más extensa en el país nórdico es de 21 años. Dado que la mayoría de los reos tendrán la posibilidad de reinsertarse en la sociedad, las prisiones recrean el mundo exterior de mejor forma posible para “prepararlos para la libertad”. En Halden, las habitaciones cuentan con baños en suite, frigobares y televisores de pantalla plana, dado que quienes administran el lugar comentan que estos televisores, al ocupar menos espacio, hacen más difícil el esconder droga y otro tipo de contrabando.
El hogar fuera del hogar
Por cada 10 celdas, existe una cocina y una sala de estar, en la que los prisioneros pueden preparar sus platos y relajarse tras un día de trabajo. Como se puede apreciar, ninguna ventana posee barrotes.
Sanos pasatiempos
Los guardias de seguridad organizan actividades desde las ocho de la mañana a las ocho de la noche. Es allí cuando los reos pueden elegir un pasatiempo, pero también es parte de una dinámica de estrategias en seguridad: los internos que se mantienen ocupados tienen menos tendencia a la violencia; pueden anotar puntos en la cancha de básquetbol, escalar en una pared, trotar o jugar fútbol.
El talento tras las rejas
Existe, además, un estudio de grabación con una mesa para mezclar música. Los profesores de música de los internos, que se refieren a ellos como ‘pupilo’, nunca como prisioneros, les enseñan a tocar piano, guitarra, bongos y otros instrumentos. De hecho, tres miembros del coro de guardias de Halden compitieron en la versión noruega de ‘American Idol’. Este año se espera que produzcan el primer musical desde prisión.
El aire libre
Los arquitectos de Halden dispusieron árboles en el terreno de 75 acres para cubrir el muro que rodea al perímetro, con el fin de minimizar la sensación de encierro y disfrutar de todas las estaciones del año.
Más que llaveros
Los guardias de seguridad de la prisión noruega tienen dos años de entrenamiento en una academia de oficiales, y disfrutan de un grado laboral mucho más elevado que en países de habla inglesa. En la descripción de sus cargos, aparece que deben motivar al interno “para que su sentencia tenga sentido, sea iluminada y lo rehabilite lo más posible”, por lo que en general comen y juegan juntos. La mitad de los guardias es mujer, cuestión a ojos del alcaide reduce la tensión y motiva la buena conducta.
Salud interna
Si bien pierden su derecho a la libertad, no pasa lo mismo con los servicios de salud. En el recinto fiscal existen médicos, enfermeros e incluso bibliotecarios, además de contar con una consulta odontológica y un pequeño hospital.
