Hijo que mató a su madre enferma no irá a la cárcel porque la asfixió "con cariño y respeto"
La justicia española le concedió una atenuante, dado que el delito se tipificó como un suicidio asistido y se comprobó la fuerte influencia que ejercía la mujer hacia su primogénito.
La madrugada del 8 de abril de 2015, Ignacio Sánchez Olaso, asfixió a su propia madre poniéndole dos bolsas de basura sobre su cabeza. Luego, el hijo de 42 años se quedó velando el cuerpo y no llamó a nadie, ni a su familia, ni al servicio médico de urgencias por miedo a que pudieran reanimarla.
El suceso, como comprobó la justicia, fue el resultado de un plan urdido por la propia madre. La mujer no padecía de enfermedad terminal alguna, pero sí tenía cuadros de paranoia con ideaciones persecutorias y llevaba diez años sin salir de la casa, aquejada de dolores a la espalda y una úlcera en su pierna. Todo ello detonó que la mujer española tomara una decisión sin vuelta atrás: quería morir y le pidió a su hijo mayor que la ayudara.
Con dichos antecedentes, el tribunal español le concedió al hombre la atenuante de “pietatis causa”, al considerar que cometió el delito guiado por el “cariño y respeto” que sentía hacia su progenitora y considerando la fuerte influencia que la madre ejercía sobre él. A ello se sumó la confesión del delito.
El resultado final de la causa: pena mínima de dos años de cárcel, pero al no tener antecedentes penales todo indicaría que Sánchez se libraría de la prisión.
Antes de morir, la madre dejó una nota en la que decía: “Por culpa de no estar legalizada en España la eutanasia, he tenido que hacérmela yo”.