El bullado caso que llevó a Lula da Silva a la cárcel
Es considerada la mayor operación de corrupción en la historia de Brasil y que, de paso, salpicó a otros países de Latinoamérica.
El ex presidente de Brasil, Lula da Silva fue condenado a 12 años de cárcel por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Eso debido a que la Corte Suprema resolvió que tuvo responsabilidad en el denominado caso Lava Jato, considerada la mayor operación de corrupción en la historia de Brasil y que, de paso, salpicó a otros países de Latinoamérica.
La investigación se remonta a 2013, año en que la policía descubrió una operación de lavado de activos de mediano tamaño. Esa fue la hebra que desenmarañó una extensa red de intercambio ilegal de favores entre empresarios y políticos de diversos sectores.
Con el fin de estimular la creación de empleos en el país, la empresa Petrobras licitaba sus obras a grandes empresas de ingeniería y construcción de Brasil. A cambio de favorecer a ciertas empresas, la petrolera pedía sobornos que rondaban el 3% del presupuesto, cifra que se repartía entre políticos y empresarios.
Luego, una vez blanqueado dicho dinero, a través de negocios de hoteles, lavanderías, estaciones de gasolina, lavados de auto (de ahí el nombre Lava Jato), era reintroducido al sistema. Posteriormente era transferido a cuentas de China y Hong Kong mediante empresas fantasmas.
En marzo de 2016, el juez Sergio Moros ordenó la detención y allanamiento de la vivienda de Lula, acusándolo de haber recibido cerca de 8 mil dólares en sobornos a cambio de favores a la constructora OAS cuando se desempeñó como Presidente.
A mediados del año pasado fue condenado a 9 años y medio de cárcel, medida que se aumentó a 12 en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4).
Lula da Silva, quien pretende ser candidato presidencial en octubre, se declaró inocente en todo momento.