Japón, Reino Unido y Bélgica detectan sus primeros casos de la variante india del coronavirus
En Bélgica se detectó la variante en un grupo de estudiantes que llegó desde India a través de un aeropuerto de París.
Japón, Reino Unido y Bélgica detectaron sus primeros casos de la variante india del coronavirus que fue descubierta a finales de marzo y que podría ser considerada aún más contagiosa que las anteriores.
Expertos han descrito esta variante como de “doble mutación” por ser portadora de dos componentes genéticos diferentes: la E484Q y la L452R, recibiendo el nombre técnico de B.1.617.
Actualmente hay 77 casos positivos de la nueva variante india del COVID-19 en el Reino Unido, según las últimas cifras de Public Health England (PHE). Son 73 casos en Inglaterra y 4 en Escocia confirmó a CNN en español un portavoz de PHE.
“Esta nueva variante está designada como una ‘variante en investigación’, pero preocupa a los científicos, ya que contiene dos mutaciones que se cree que pueden ayudar al virus a evadir las respuestas inmunitarias del cuerpo. También existe la preocupación de que la variante pueda ser más infecciosa que las formas tempranas de COVID-19”, señala el medio estadounidense.
En paralelo, se detectó la variante india del coronavirus en Bélgica en un grupo de estudiantes que llegó desde India a través de un aeropuerto de París. Se trata de un total de 20 estudiantes que dieron positivo por la nueva variante y fueron puestos en cuarentena en las ciudades de Aalst y Lovaina, donde llegaron a mediados de abril para una formación de enfermería.
Asimismo, las autoridades de Japón también detectaron por primera vez la variante B.1.617 del coronavirus en su país.
Según consigna Infobae, el ministro portavoz del Gobierno japonés, Katsunobu Kato, afirmó que las autoridades niponas están tomando “amplias medidas” para prevenir las infecciones, entre las que se incluyen la información genómica del virus y “el refuerzo y vigilancia de los controles fronterizos”.
Por el momento, la variante de India no ha sido incluida en el listado de “preocupación” establecido por la OMS, ya que se desconocen sus efectos en las personas y su capacidad de, eventualmente, disminuir la efectividad de las vacunas.