“Este hombre nunca dirá la verdad”: el desgarrador relato de la madre de Narumi en el juicio contra Zepeda
Taeko Kurosaki dijo entre lágrimas que "estoy sicológica y físicamente destruida”.
En la octava jornada del juicio contra Nicolás Zepeda, la madre de Narumi Kurosaki, Taeko Kurosaki, relató que intentó quitarse la vida ante el inagotable sufrimiento que le ha provocado la desaparición de su hija.
“Me sorprendió cuando me enteré que su nuevo amigo era chileno. Para nosotros es un país lejano del que no hablamos nunca. Un joven viviendo de un país tan desconocido me sorprendió”, comenzó diciendo la mamá de la joven japonesa.
“Me pareció un joven atractivo, pero una cosa me llamó la atención: ese chico no me saludó. Tuve que digerir mi sorpresa. Pensé ‘porque soy japonesa no me saludó’. En Japón lo básico es saludar. Lo interpreté como una diferencia cultural”, explicó al recordar su primer encuentro Zepeda.
Junto a ello agregó que “Nicolás me contó que era descendiente de españoles y que su madre venía de una familia rica. Me llamó la atención también esa diferencia cultural. En Japón no hablamos de tu familia rica. Esa información me perturbó”.
La desaparición de Narumi
“Desde que supe esta horrible noticia no pude comer y me es imposible dormir. A cada instante me despertaba y tras unos meses perdí 17 kilos”, señaló la madre entre lágrimas.
“Sin saber a quién mostrarle mi rabia hacia Zepeda, no podía soportar ni el mínimo ruido que venía de la calle o de la tele, a tal punto los medios no nos dejaban tranquilas. Los periodistas, los mails, el teléfono acaparaban nuestra vida. Durante días me encerré en la oscuridad total, me tiraba al piso con tapones en mi oídos, aislándome del mundo”, agregó la madre de la joven desaparecida.
En esa misma línea, añadió que “caí en una profunda desconfianza hacia la humanidad. No quería escuchar a nadie, tenía miedo de la luz, de la multitud. No quería ver a nadie. Estoy sicológica y físicamente destruida”.
“Renuncié a mi lugar de trabajo sin avisarle a nadie sabiendo la molestia que eso generó. Sé que nunca más podré trabajar hasta el final de mi vida. Nadie puede imaginar el sufrimiento que tenemos hace siete años. Todos los días rezamos poder volver a ver a Narumi con el miedo amenazante y profundo de saber de la desaparición definitiva de mi hija”, dijo.
Tras describir las acciones que infructuosamente tomó contra sí misma, Taeko Kurosaki relató que “ni siquiera llegué a perder el conocimiento. El miedo me lo impedía. Cada vez que intentaba estrangularme me imaginaba cuán grande fue el horror y el dolor que vivió Narumi, pero nunca logré alcanzar ese nivel de horror y dolor”.
“¡Este hombre nunca dirá la verdad hasta el final de su vida!”, concluyó entre sollozos.