Bachelet da plazos para Constitución pero próximo Congreso decidirá si será vía Asamblea Constituyente
Con la opción planteada por la mandataria, determinó el proceso que seguirá el país para llegar a una nueva carta magna. La forma en la que se planteó deja contentos a quienes buscaban cambios por vías institucionales, como el Ministro de Interior Jorge Burgos, y también mencionó dentro de las posibilidades de cambio una Asamblea Constituyente, como públicamente lo había manifestado su vocero de gobierno, Marcelo Díaz.
Finalmente lo dijo. Otra de las promesas de campaña que se había estado aplazando al punto que desde la misma Nueva Mayoría se había prácticamente descartado su discusión en esta administración. Pero finalmente anoche, 5 para las 9 de la noche, la Presidenta Michelle Bachelet delimitaba el marco bajo el cual empezaría a gestarse una nueva Constitución.
Aquello no era lo más delicado de la cadena nacional de este martes. Lo que se estaba esperando era que delimitara el mecanismo. Que decidiera finalmente entre una de las opciones que más ha sonado, la Asamblea Constituyente, que en resumen corresponde a un grupo de ciudadanos que -tras votarse la realización de esta asamblea- se reúne para discutir y estructurar una nueva Constitución, que es un escrito que entrega los derechos y libertades de los ciudadanos, y también delimita y organiza los poderes e instituciones políticas.
Esa opción generaba incertidumbre en sus detractores. Principalmente se argumentaba que podía ser una opción demasiado radical para los cambios del país, por lo que diversos derechos establecidos, como por ejemplo el de la propiedad, podrían verse en riesgo.
Quienes apoyaban esta opción tenían como uno de sus argumentos el origen ilegítimo de la actual Constitución de 1980, elaborada en Dictadura, y que tuvo como uno de sus principales articuladores el histórico presidente de la UDI, Jaime Guzmán.
El punto es que con lo que planteó la mandataria ayer, de alguna manera se intentó dejar un grado de tranquilidad a todos los actores opinantes. Por ejemplo, como muchos, el ministro del Interior Jorge Burgos, consultado por una eventual asamblea de este tipo manifestó que “yo no la comparto“. Por tanto, en el anuncio de ayer, se dio un cronograma que contempla una estructura institucional -que estará radicada primero en el actual Congreso, que dará herramientas al próximo para poder definir un mecanismo.
Luego, para quienes esperaban una Asamblea Constituyente, como otro de los integrantes del comité político de la mandataria, el vocero de gobierno Marcelo Díaz -quien mientras fue diputado incluso fue autor de un proyecto de ley que buscaba esta opción- también quedaba una opción abierta, ya que éste proceso es uno de los cuatro mecanismos que se barajan para finalmente estructurar la nueva carta magna de Chile.
La lectura que se puede hacer es que la Presidenta logró anotar una serie de tantos: traslada la responsabilidad de la nueva Constitución a un próximo Congreso, electo sin el sistema binominal y sujeto a nuevas leyes impulsadas por comisiones anticorrupción y transparencia. Mencionó además que entre las opciones está la Asamblea Constituyente, lo que deja más o menos satisfechos a quienes buscaban esto, y por cierto, empieza a avanzar en el cumplimiento de una promesa de campaña que ya se lo estaban exigiendo. Aquí te entregamos todos los detalles de este proceso, el que muy probablemente será votado en la próxima administración.
¿Cómo va a ser este nuevo proceso?
La mandataria se pronunció anoche, y dijo que entre octubre de este año y marzo del 2016 se realizará una campaña de Educación Cívica para que la ciudadanía pueda entender qué es una Constitución, qué significa en su detalle, qué cosas contempla, qué implica y cómo afecta a la ciudadanía.
¿Dónde puedo opinar, si acaso este proceso es ciudadano?
Se supone que después de terminar este proceso de educación a la ciudadanía, se realizarán diálogos ciudadanos, o cabildos (reuniones), de carácter -como dijo la mandataria- “libres, transparentes y sin presiones”. Aquí se podrá entregar la opinión respecto de la próxima constitución y tendrán tres niveles de consulta: comunas, provincias y regiones.
Para resguardar el correcto funcionamiento de proceso, se propondrá un Consejo Ciudadano de Observadores. El resultado de estas conversaciones “serán las bases ciudadanas para una nueva constitución”, indicó la Presidenta. Esta parte del proceso debiera durar hasta octubre del 2016.
¿Y luego qué?
En el segundo semestre del próximo año, estas bases se le entregarán a la Presidenta, y luego se empezará a estructurar el proyecto de reforma constitucional que se presentará en el Congreso.
¿No era acaso un proceso ciudadano?
Si y no. Los ciudadanos entregarán su opinión para finalmente estructurar una propuesta para la mandataria, pero Bachelet determinó usar una vía institucional para llegar a este resultado. Actualmente el Congreso no tiene facultades para realizar este tipo de cambios. La salida que se consideró fue que en el segundo semestre del 2016 se presentará en el Parlamento una reforma a la actual Constitución, para así permitir que los diputados y senadores del próximo período (o sea, los que sean elegidos en las próximas elecciones parlamentarias, del 2017) puedan elegir cómo continuará este proceso. Para aprobar esto, se debe alcanzar un quórum de dos tercios, que significa 80 diputados de los 120 actuales y 25 de los 38 senadores. Es un quórum alto, lo que ratifica la idea “institucional” de la opción para cambiar la carta magna chilena.
¿Qué opciones se van a presentar para cambiar la constitución?
En el proyecto que presentará el gobierno al actual Congreso, para poder cambiar la Constitución, contemplará cuatro opciones: una corresponde a una comisión bicameral con diputados y senadores (sin ciudadanos en este punto). Otra será una convención constituyente, que considerará a parlamentarios con ciudadanos. La otra es una Asamblea Constituyente y la última es que a través de un plebiscito, o votación a nivel nacional, los ciudadanos definan cuál de las tres opciones anteriores se utilizará.
¿Cuándo se va a discutir el mecanismo de cambio a la carta magna?
Él proyecto final de la Presidenta se enviará al Congreso en el segundo semestre del 2017, y su discusión y eventual aprobación está pensada para el 2018. En ese entonces habrán nuevos diputados y senadores, que enfrentarán una elección sin el sistema binominal, y también habrán leyes -o es lo que se espera- que aumenten la transparencia y probidad de los partidos. En ese momento, para aprobar el nuevo mecanismo, con la nueva estructura del Congreso, se considerarán 93 de los 155 diputados y 30 de los 55 senadores.
Finalmente será un plebiscito ciudadano, muy probablemente en el próximo gobierno, el que ratificará o rechazará la propuesta de una nueva constitución.