El crudo relato de la directora del hogar del Sename donde murió Lissette Villa
A más de un año del fallecimiento de la menor de once años, Mónica Monje expresó que pese a la conmoción que generó el caso nada ha cambiado al interior del Servicio.
El 11 de abril de 2016, cuando faltaban pocos días para que cumpliera 12 años, Lissette Villa murió producto de un paro cardiorespiratorio en el hogar hogar CREAD Galvarino de Santiago, el cual depende del Servicio Nacional de Menores (Sename). Horas antes, la menor había sufrido una “descompensación” psico-emocional que ninguno de los funcionarios a cargo pudo contener.
Su fallecimiento fue la caja de pandora que develó la serie de irregularidades y precariedades al interior del Servicio a cargo de la protección de menores vulnerables. Con la justicia y figuras políticas sobre ellos, el propio Sename confirmó que en los últimos once años murieron 865 niños que estaban bajo su cuidado.
A más de un año del deceso de Lissette, Mónica Monje, ex directora de CREAD Galvarino, entregó a Ciper su crudo testimonio sobre aquella noche y cómo funciona el cuestionado Servicio, el cual continúa con las mismas falencias pese a los múltiples casos que han salido a la luz.
“Todo lo que acá relataré intenté decírselo a la actual directora del Sename (Marcela Labraña), que en ese momento llevaba poco tiempo en el cargo. No fui recibida”, comienza diciendo Mónica Monje, quien añade: “Creí que la crisis del Sename se había hecho tan evidente para todos, que al fin el gobierno tomaría la decisión de intervenir esta institución (…) Me equivoqué. Todo el ‘mal’ del Sename se centró en cinco o seis funcionarios inculpados”.
Tras el deceso de la menor de once años, se abrió una investigación judicial, aún en curso, en la que hay ocho ex funcionarios del Servicio formalizados. En paralelo, en la Cámara de Diputados se creó una comisión investigadora para determinar responsabilidades políticas de la serie de falencias del Sename, aunque sin resultado alguno.
Lissette Villa
Mónica Monje conoció de cerca Lissette, conoció sus dolores y sus alegrías. Fue su sicóloga por un par de años y ya siendo directora siguió compartiendo día a día con ella.
“Lissette nació el 25 de abril de 2004 y durante todos sus cortos años estuvo marcada por problemas que le fueron dejando heridas familiares profundas, las que también fueron provocadas y agravadas por omisiones y decisiones erráticas del sistema de protección social en su conjunto. Decisiones que responden a estructuras ideológicas respecto de los niños/as y sus familias, falencias técnicas y de recursos humanos y económicos, en donde se sustentan las políticas públicas”, expresa.
Viviendo bajo el alero del Estado desde que tenía cinco años, la menor tenía un perfil complejo de tratar. Con dos hermanos viviendo en el mismo hogar que ella, la madre de Lissette la visitaba de forma intermitente, mientras que su padre tenía una orden de alejamiento contra ella.
“En el ámbito médico, Lissette se mantenía con atención psicológica y psiquiátrica en el Hospital San Borja Arriarán. Allí la niña recibía tratamiento farmacológico prescrito por un psiquiatra tratante”, relata. En paralelo, era tratada por su dupla psico-social.
Un centro precario
Problemas de hacinamiento y ausencia de profesionales de la salud son algunos de los puntos que denuncia la ex directora. “En el CREAD Galvarino no se cuenta con un pediatra de jornada completa aun cuando albergaba, al momento de fallecer Lissette, a más de 120 niños entre los 6 a 12 años. Después de las 18:00 horas y los fines de semana, no se cuenta con profesionales de la Salud (…) No existe convenio con ambulancias ante una emergencia y tampoco se cuenta con técnicos en enfermería capacitados en primeros auxilios“, señala.
Debido a eso, los menores deben ser atendidos en centros de salud cercanos como cualquier otro niño y niña de manera ambulatoria. “Los niños bajo el cuidado y protección del Sename no son un grupo prioritario de atención en salud para ninguna institución”, denuncia Monje.
Además, la psicóloga explica que “no existe una capacitación previa al ingreso de un educador de trato directo, ni de otro tipo de profesional: todos deben atender a un sujeto de atención altamente dañado bio-psicoemocionalmente sin ninguna preparación anterior especial. Una vez que ingresa, el funcionario se debe ‘capacitar’ internamente en el centro.
Crisis del Sename
Entre las conclusiones del informe que creó la comisión investigadora Sename II, el cual no fue aprobado, se señala que la institucionalidad creó una “cultura de desprotección” hacia los menores.
Al respecto, la ex directora concluye: “Lo que asombra es que, a pesar de la conmoción que provocó la muerte de Lissette, nada haya cambiado (…) Pareciera que la muerte de esos niños/as dejó de ser visible. También para aquellos políticos que en su momento rasgaron vestiduras y hoy siguen al margen de la situación del Sename”.