Carlos Peña: “La frase de Piñera tenía por objeto poner en su lugar a Maya Fernández”
"La sinceridad de la agenda de género quedó desmentida de una sola plumada cuando el Presidente recordó a Maya Fernández que su deber era ser linda en vez de tener una voluntad firme...", agregó el rector de la UDP.
Carlos Peña se valió de su tradicional columna en El Mercurio, para cuestionar la desafortunada frase de Sebastián Piñera a Maya Fernández en la Cuenta Pública.
El rector de la Universidad Diego Portales sostuvo que “la sinceridad de la agenda de género quedó desmentida de una sola plumada cuando el Presidente recordó a Maya Fernández que su deber era ser linda en vez de tener una voluntad firme…”
“Y es que la frase, que dirigida a cualquier mujer ya la rebajaría, puesto que afirma que la belleza de lo femenino resulta contradictoria con la firmeza de la voluntad, tratándose de Maya Fernández es todavía peor, ya que ella es la presidenta de la Cámara de Diputados, una autoridad de la República a la que, incluso un sujeto de convicciones machistas, no debiera tratar con esa condescendencia que quienes se sienten naturalmente superiores emplean para interactuar con quienes piensan son inferiores: seres cuya principal virtud, a la que debe subordinarse cualquier otra, es ser linda”, argumentó.
Peña señaló que “esa frase del Presidente, que tenía por objeto poner en su lugar a Maya Fernández (en su lugar de mujer, claro está, un lugar que ella con su severidad inteligente, a los ojos de Piñera, abandonaba), no revela nada que la subjetividad del Presidente, ejecutor de uno y mil chistes sexistas, no hubiera ya dado a conocer. Lo que sorprende es que en medio de la rebelión feminista de estos días él haya sentido que era posible, y razonable, pronunciarla”.
Y es que para el rector, “la expresión más profunda del machismo que acaba subordinando a las mujeres no es el abuso grosero, la pachotada o la insinuación sexual, sino justamente lo que el Presidente Piñera, sin darse cuenta, proporcionó como un ejemplo de manual: la pretensión de que el género asigna a las mujeres un papel dotado de ciertas características que configuran y disciplinan la subjetividad, un papel que ellas no deben abandonar”.
Carlos Peña cerró recalcando que “si un opositor del Presidente Piñera, disfrazado de asesor, hubiera planeado una forma de develar la impostura de la agenda de género recientemente dada a conocer, no podría haber imaginado nada mejor y nada más elocuente que el Presidente Piñera dirigiéndose a la presidenta de la Cámara de Diputados de la manera en que el gran señor solía dirigirse a las mujeres que de él dependían: recordándoles que su papel es subordinarlo todo al deber de ser simplemente lindas”.