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Actualizado el 13 de Julio de 2019

Así funcionan las cámaras de vigilancia que se instalaron en el Instituto Nacional

Desde la empresa china fabricante definen al sistema comprado por el Instituto Nacional como “un sistema de videovigilancia en red”. Los aparatos permiten hacer reconocimiento facial y desde la Municipalidad de Santiago no precisaron cuál será el tratamiento de las imágenes de menores de edad.

Por Noemí Arcos
Cámaras en el Instituto Nacional
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Al anunciar el regreso a clases en el Instituto Nacional (IN), el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, no sólo expresó su satisfacción por la superación del conflicto con los estudiantes. También mencionó que, como una medida para “resguardar el liceo”, se instalaron cámaras de seguridad en los accesos y perímetros.

Según explican desde el municipio, la instalación de las cámaras de seguridad en el entorno del IN “es parte de un proyecto que incluye a todas las escuelas y liceos de la comuna“, cuyo objetivo es “resguardar la seguridad de la comunidad escolar y el patrimonio de cada establecimiento”.

Desde la Dirección de Educación de Santiago aseguran además que los dispositivos ya están operando en las escuelas Cadete Arturo Prat y Santiago de Chile, además del IN.

Las cámaras de este último establecimiento fueron adquiridas por la Municipalidad de Santiago a través de convenio marco con dineros del Fondo de Apoyo para la Educación Pública (FAEP).

Por las siete cámaras y el servicio de mantención y soporte, el sostenedor del Instituto Nacional pagó US$23.537,21 (equivalente a $16.171.268 IVA incluído) a la empresa Technosystems, representante en Chile de la empresa fabricante de los aparatos, Hikvision.

Sistema de videovigilancia en red

En su momento, Alessandri explicó que esta medida respondía a la solicitud de “parte importante de los apoderados” quienes solicitaron mejorar la seguridad debido a que algunos estudiantes fueron víctimas de robos en el entorno el establecimiento ubicado en calle Arturo Prat.

Incluso, señaló que se había consensuado con los estudiantes los lugares donde se instalaron, para que ellos no sintieran que esta es una “medida de fiscalización, sino una medida de seguridad”.

Samuel Ramírez, director de desarrollo de negocios de Hikvision Chile, explica que la adquisición de este sistema por parte del IN es “lo adecuado”, detallando que las cámaras IP adquiridas por la Municipalidad de Santiago corresponden a un sistema de televigilancia en red.

Hikvision, cuya sede central se localiza en Hangzhou (China), es uno de los proveedores más importantes del mundo en el mercado de la videovigilancia. En Chile, venden 30 mil cámaras mensuales.

En concreto, las cámaras que se instalaron en el IN son capaces de tener una grabación local en formato físico, pero también una grabación remota como respaldo o NVR (network video recording).

Estos equipos permiten además el monitoreo desde una central externa al colegio, de manera tal que no dependan sólo de una persona que esté detrás de los monitores en el mismo establecimiento, sino que permite que las imágenes se compartan, por ejemplo, al Plan Cuadrante de Carabineros o algún otro punto de manera simultánea, como el Ministerio de Educación o la Municipalidad de Santiago, explica Ramírez.

Cada uno de estos puntos de control tiene distintos privilegios de acuerdo a los usuarios que lo administren, desde sólo tener acceso a las imágenes hasta modificar las configuraciones y acceder a las alarmas de las cámaras.

Estas alarmas se activan al detectar personas en horarios que no correspondan, lo que, en el caso de un colegio, están predeterminados por la entrada y la salida de la jornada escolar.

Desde la Municipalidad de Santiago aseguraron las cámaras están instaladas en el exterior del colegio para vigilar el perímetro del liceo y funcionan en horarios en ingreso y salida de clases para evitar que los estudiantes sean víctimas de delitos y resguardar su seguridad, así como durante las noches, para evitar robos al interior del establecimiento.

Precisaron además que actualmente las cámaras son operadas por personal de la Dirección de Educación, quienes dan aviso a las policías o a seguridad ciudadana el caso de detectar algún delito.

Reconocimiento facial y registro de menores de edad en el Instituto Nacional

Samuel Ramírez comenta que, a su juicio, es “extraño” que un colegio con “tantos problemas de identificar quiénes son las personas que están dentro o quiénes entran y salen” durante los actos de violencia de los que ha sido víctima recién haya implementado estos aparatos para tener un control más efectivo de lo que sucede al interior del colegio.

Samuel Ramírez de Hikvision Chile

Samuel Ramírez de Hikvision Chile

Agrega que la tecnología adquirida es de nivel profesional, que deja de lado el obsoleto circuito cerrado de televisión, pero que aún así es “básico” respecto a los productos disponibles en esta área, considerando que los presupuestos municipales “son más bien acotados”.

Explica que “lo bueno es que estos sistemas pueden hacer upgrades e ir incorporando otros módulos y analíticas, como el de reconocimiento facial“.

Ramírez asegura que la alta resolución de imagen las cámaras tienen la capacidad de “capturar rostros”, pero que el sistema no lo hace de manera automática. Para hacerlo, debería incorporarse con otro software.

“Estas cámaras podrían ser utilizadas como una detección facial y esos rostros pueden ser procesados en Carabineros o la PDI, que son los únicos que podrían utilizar esta información, y corroborarla respecto al Registro Civil”, tal como la misma empresa lo hace con las imágenes obtenidas en centros comerciales u otros municipios. “En este caso puntual del IN no es algo que esté incluido”, asegura Ramírez.

Como las grabaciones ocurren al exterior de un colegio, la mayoría de estos registros contendrán imágenes de menores de edad, considerando que el IN acoge alumnos desde séptimo básico, es decir, niños de 12 años.

El ejecutivo de Hikvision asegura que esto es “casi inevitable” y que es uno de los resguardos que debe quien implementa el sistema, “que en este caso es el sostenedor, él es el responsable, porque prima la privacidad de los niños”.

Sin embargo, Ramírez puntualiza que el hecho de que las grabaciones se hagan en las zonas de acceso común y perímetros, excluyendo los baños u otros sectores privados, es una “herramienta de resguardo” frente a algún accidente o “si el niño no entró al colegio tras salir de su casa” como forma de corroborar la asistencia, además de la protección del patrimonio del colegio.

“Muchas veces el daño más grande no lo hacen las personas que pertenecen a la comunidad educativa sino que son personas que tienen otras motivaciones y eso es lo que el sistema puede entregar a favor como colateral”, comenta.

Consultados por ambos puntos -reconocimiento facial y tratamiento de imágenes de menores de edad-, desde la Municipalidad de Santiago declinaron responder de manera específica.

Almacenamiento “cloud” y ciberataques

Cualquier dispositivo de red es susceptible a ciberataques, asegura Ramírez. En términos de seguridad, agrega, la cámara funciona de la misma manera que el router de la conexión wifi de una casa. Es decir, la cámara necesita de una clave para conectarse a la red.

Agrega que una de las exigencias que como fabricantes hacen al cliente es que mantenga resguardos de seguridad con las claves y los usuarios, ya que la mayor vulnerabilidad es el manejo irresponsable de los protocolos de acceso.

Respecto a si estas imágenes se respaldarán en un almacenamiento en la nube, Ramírez asegura que el sistema tiene esa capacidad, pero que depende del operador si contrata ese servicio adicional. “Por lo menos ellos no lo están haciendo así”, precisa.

Sin precisar cuáles ni cuántos, Ramírez asegura que “hay muchos colegios, privados y públicos, con nuestro sistema”, pero segura que no son tantas las necesidades que se necesitan cubrir.

En otros países, señala, es posible a través de las cámaras hacer clases virtuales o tomar la asistencia a clases de manera electrónica, a través del reconocimiento facial. Esta tecnología sí está disponible en Chile a pesar de que no hay demanda. “En Chile, el requerimiento es muy básico aún. Recién se está entrando a estos sistemas de televigilancia en red. La demanda no es tan profesional aún en este segmento de los colegios, al contrario de lo que ocurre en los sectores comerciales”, añade.

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